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Conducimos el Mercedes Clase A. La estrella a seguir

En 2012 Mercedes-Benz lanzaba su nueva generación de vehículos compactos con el fin de atraer a un público más juvenil. La jugada le salió redonda, hasta el punto de que en 2017 más de uno de cada cuatro vehículos Mercedes matriculados pertenecen a esta familia. Y eso se traduce en más de 620.000 unidades de Clase A, B, CLA y GLA en todo el mundo.

Para continuar con este éxito, ahora lanzan un nuevo Clase A que, para comenzar, estrena diseño, inspirado en el CLS. Su carrocería se estira considerablemente, pues pasa de 4,30 a 4,42 metros de largo, que no es poco -un Golf mide 4,26 metros- y estrena iluminación Full LED para el exterior. Además se puede adquirir con la deportiva línea AMG entre otras, pues la personalización brilla a gran altura.

Los pilotos traseros de dos piezas permiten crear un portón con 20 centímetros más de ancho, por lo que acceder a su maletero, con 370 litros -no hay opción a rueda de repuesto-, es más sencillo. La forma de la puerta trasera no facilita el entrar a las plazas traseras, que además no brillan especialmente en espacio. Yo mido 1,75 metros y detrás casi rozaba con las rodillas el asiento delantero, además de que el túnel central es voluminoso. En cuanto a la altura ni una queja.

Mercedes ofrece dos tipos de asientos, que pueden contar con calefacción, ventilación, contorno variable y masaje, en el caso de los delanteros. Y delante sorprende por su futurista presentación, pues todos los Clase A tienen de serie dos pantallas digitales de 7 pulgadas -la central es táctil por vez primera en un Mercedes-, aunque las unidades probadas se decantaban por dos de 10,25 pulgadas y por el sistema MBUX, con el que puedes interactuar con tu Clase A como si fuera una extensión de tu cuerpo y cuya funcionalidad daría para escribir un libro.

Estrena plataforma

El Clase A estrena plataforma, creada pensando en sus futuras versiones electrificadas, que está disponible con una barra de torsión trasera, denominada Twist Beam, la cual usan los A200 y A180d. También hay una multibrazo, mucho más avanzada y cara, que es la que equipan los A250 y las versiones con suspensión adaptativa o con tracción 4Matic.

El A250 es sensacional por su rendimiento, pero a España llega en octubre exclusivamente con tracción 4Matic -lo condujimos con delantera- y no será barato.

Más sensato será el A200, que apuesta por un nuevo 1.4 Turbo desarrollado junto a Renault -ellos lo denominan 1.3 TCe-. Eroga 163 CV y sorprende por su empuje y suavidad. De prestaciones no está nada mal y el consumo no se dispara, aun a ritmo alegre. Y es que incluso cuenta con desconexión de cilindros. Pero si vas a rodar muchos kilómetros mejor sería apostar por el 1.5 diésel, que también proviene de la firma francesa, aunque retocado por Mercedes. Ni por asomo presume de la suavidad del A200 y aunque se han esmerado con la insonorización, se hace mucho más patente el ruido en su interior. Pero si el consumo manda… Ambos se ofrecen exclusivamente con el cambio 7G-DCT, pero el cambio manual llegará más adelante. También presumen de dinamismo, pues Mercedes lo ha bordado con la puesta a punto de su nuevo compacto.