Fabricado en Tailandia, el actual Micra nació con ciertas limitaciones para competir en el mercado europeo, como se ha comprobado durante su ciclo de vida. Fabricado en Flins, Francia, el nuevo tiene precisamente a Europa como objetivo, y buscará rivales mucho más concretos, como los Volkswagen Polo y Ford Fiesta de cinco puertas y cinco plazas.
El tamaño es la primera clave del nuevo Micra. Mide 3.999 milímetros de longitud, 1.742 de anchura y tiene una distancia entre ejes de 2.525 milímetros -3.825, 1.665 y 2.450 su predecesor, respectivamente-. En amplitud interior está al nivel de un Polo, al que incluso supera en capacidad de maletero.
Habitabilidad de alto nivel
Conseguida una habitabilidad al mejor nivel del segmento, el siguiente punto es el estilo exterior. Aquí, Nissan ha optado por un diseño transgresor para lo que se lleva en la categoría. Hoy por hoy, es el más llamativo entre todos sus rivales. Podrá gustar o no, pero seguramente se aceptará muy positivamente en cuanto nos acostumbremos. Asimismo, podrá personalizarse con bandas adhesivas en capó y techo, o inserciones de color en retrovisores y molduras.
Todo lo anterior -y lo siguiente, que no es menos importante- sería imposible si la Alianza Renult Nissan no hubiera hecho uso de una nueva plataforma ?distinta a la del Renault Clio? en esta cuarta generación Micra: una evolución de la Plataforma V, con nuevas suspensiones -especialmente eje torsional posterior diferente y tren delantero rigidificado- y tecnologías, algunas de ellas con un sorprendente refinamiento. En definitiva, pese a los frenos posteriores de tambor, el Micra ya no es un coche para mercados emergentes sino todo lo contrario, como hemos comprobado en una primera toma de contacto en la pista de pruebas de Bridgestone, en Roma, y por carreteras de la zona.
El puesto de conducción ya no es para usuarios asiáticos; de hecho, no se comercializa fuera de Europa, siendo el primer Micra de la historia que no se vende en Japón. Cualquier morfología, hasta la de mayor estatura, es ahora bien recibida. A la primera te encuentras a gusto, con un volante regulable en altura y profundidad, y una dirección suficientemente directa -3 vueltas-, rápida y precisa, tanto para maniobrar como para recorridos de curvas. En contra, la visibilidad posterior del conductor está bastante limitada por el peculiar diseño del pilar C, no así la de los ocupantes adultos de las plazas de atrás, suficientemente espaciosas en largo y alto. En cuanto al maletero, sus 300 litros se logran sin sacrificar espacio para la rueda de repuesto; vendrá equipado con una de uso temporal, pero hay sitio para alojar una de talla grande, de 15 pulgadas. El maletero se amplía al abatir el respaldo posterior, formando así un escalón poco práctico en la plataforma de carga.
Diseño interior con múltiples combinaciones
Si el diseño exterior es audaz, el interior ofrece múltiples combinaciones de colores para el salpicadero -PVC con texturas blandas o duras- y los asientos. Conectividad y navegación, con pantalla central de 7 pulgadas, se dan cita junto a un espectacular sistema de sonido opcional Bose con efecto 360 grados y altavoces integrados en el reposacabezas del conductor: un auténtico lujo, imprescindible para los amantes de la música. La practicidad también está presente: en la guantera puede alojarse una botella de agua de 2 litros; y en cada puerta delantera, una de litro y medio.
Los equipamientos de seguridad también destacan: cámaras de visión 360 grados con detección de objetos, frenada de emergencia automática hasta 50 km/h con reconocimiento de peatones y aviso activo de cambio de carril involuntario. Este último corrige la trayectoria, pero no actuando sobre la dirección, sino con leves toques de freno en una u otra rueda para recuperar la trayectoria original.
Mecánicamente, la oferta inicial es limitada: dos tricilíndricos de gasolina de 73 y 95 CV, y el diésel 1.5 dCi en versión de 90 CV, todos con cambio manual de 5 velocidades. El más convincente es el siempre joven 1.5 dCi, más suave, progresivo, brillante y económico -homologa 85 g/km de CO2 con Stop-Start- que el gasolina 0.9 turboalimentado.
El confort general es bueno. Con los neumáticos de 17 pulgadas utilizados en los coches de prueba resulta algo duro sobre terreno bacheado, aunque su agarre y el comportamiento general son excelentes, pudiendo codearse con los mejores en cuanto a seguridad activa. En ello tienen mucho que ver su sistema Active Trace Control y la óptima colaboración de los nuevos neumáticos Turanza, que Bridgestone ha desarrollado expresamente para el Micra.
Refinamiento dinámico… Y facilidad de conducción
El Centro Técnico de Nissan en Barcelona ha sido el encargado de desarrollar la puesta a punto del chasis del Micra, en el que cobra un papel primordial el sistema Active Trace Control, ahora gratamente evolucionado con respecto al utilizado en el Nissan Qashqai. Los responsables de este trabajo han sido los ingenieros José Luis del Villar y Ángel Fontanillo.
El Active Trace Control es un sistema de ayuda que facilita la entrada en curva y reduce el subviraje a lo largo de la misma. Su trabajo, muy sutil, pasa casi desapercibido en carretera, donde lo que más se aprecia es la facilidad de conducción derivada de su funcionamiento.
Es en un circuito, en ejercicios concretos, donde hemos podido medir su eficacia, comparativamente, al conectar o desconectar el sistema desde una tecla en el volante.
El Active Trace Control trabaja de la siguiente manera. A la entrada de una curva -levantando el pie del acelerador, e incluso frenando- hay una leve actuación suplementaria de los frenos delanteros, mínima pero suficiente, para que haya un desplazamiento de masas hacia delante, dicho eje se cargue más e incremente su capacidad direccional: esa es la clave. Ya dentro de la curva, al dar gas, actúa de forma similar con un resultado bien evidente: el coche mantiene la trayectoria y subvira menos de lo normal. Todo esto lo consigue sin hacer trabajar más al conductor y sin que entre en acción el control de estabilidad ESP, que sólo lo hace en situaciones límite.
También como en el Qashqai, este Micra lleva el sistema Active Ride Control, que limita las oscilaciones verticales de la carrocería -por ejemplo, al pasar sobre los 'guardias tumbados'-, igualmente por medio de sutiles toques de freno.