Si hace una década nos dicen que un vehículo del 'calibre' del Skoda Octavia montaría un propulsor de un litro y tricilíndrico seguramente se nos habría escapado una sonrisa. Bueno, pues dicho y hecho, porque este modelo ya tiene un nuevo motor de acceso. Se trata del conocido 1.0 TSI de tres cilindros y te aseguramos que la sonrisa se mantiene porque nos ha convencido muy gratamente. Tanto que hasta deja en evidencia al 1.2 TSI de 110 caballos al que sustituye. El 1.0 TSI rinde 115 CV de potencia, aumenta el par hasta los 20,4 mkg -antes eran 17,9-, anda más y, para colmo, reduce el consumo medio hasta los 4,5 litros, lo que es casi medio litro menos.
Disponible tanto con cambio manual de seis relaciones como con DSG de siete, tuvimos ocasión de probarlo con la carrocería Combi y la citada transmisión automática de doble embrague. Nos sorprendió su reducida rumorosidad y la buena insonorización del conjunto, e incluso se hace complicado detectar su naturaleza tricilíndrica en muchas ocasiones.
Con mucha energía
Suave y progresivo, reacciona con energía desde apenas 1.500 revoluciones por minuto, aunque es a partir de 2.000 vueltas cuando se encuentra más cómodo. Es cierto que en un vehículo que mide 4,66 metros de longitud, pesa casi 1.300 kilos y ofrece una capacidad de maletero de 610 litros -en el caso del Combi- se puede quedar algo justo en ciertas ocasiones -adelantamientos a plena carga, respuesta en zonas de montaña…-, pero cubrirá con creces los requisitos de un conductor medio en el día a día.
Skoda también aprovecha la ocasión para rodear al Octavia de mayor equipamiento, en forma de un chasis adaptativo DCC,nueva opción -cuesta 960 euros- disponible para las variantes con más de 150 caballos de potencia y a partir del acabado Ambition.