Con la llegada de la primavera se disparan los niveles de polen. Y con ello la alergia. Casi todos lo notamos, pero su incidencia negativa afecta especialmente a las personas alérgicas.
4Antihistamínicos y conducción
Para combatir las enfermedades alérgicas se utilizan los antihistamínicos, que en muchos casos tienen como efecto secundario que producen somnolencia. Esto está indicado en el prospecto que acompaña al envase. Son muy efectivos y reducen los efectos directos, pero en muchos casos producen sueño. Estas desarrollados para bloquear los receptores de la histamina, que es la sustancia química que produce el cuerpo en las reacciones alérgicas.
Estos efectos secundarios pueden ser mareos, visión borrosa, sequedad de boca, tos, náuseas, descoordinación, ansiedad, dolor de cabeza o palpitaciones. Pero, sobre todo, somnolencia.
Los antihistamínicos deben estar pautados por un especialista. Y éste debe estar informado de que somos conductores habituales para que tenga en cuenta el tipo, la dosis y la hora del día en que debemos tomarlos.
Aquellos antihistamínicos que utilizan como principio activo ebastina, bilastina, desloratadina, loratadina y terfenadina son los más recomendados para la conducción, pues apenas tienen efectos secundarios.
Los antihistamínicos de 1ª generación, siempre producen somnolencia. En los recogidos como de segunda generación, la sensación de sueño que producen es claramente menor.
Los dos medicamentos encontrados habitualmente en la sangre de las víctimas de accidentes de tráfico son los antihistamínicos y las benzodiacepinas. Estos últimos actúan sobre el sistema nervioso como relajante y ansiolítico.