Desde su lanzamiento en 1927, la Mille Miglia ha sido una de las competiciones más prestigiosas y emocionantes del mundo del automovilismo, una carrera que ha reunido a los modelos y las marcas más exclusivos e icónicos; auténticas joyas con ruedas que recorren parajes y trazados que son auténtica historia del automovilismo. Y en esa historia, el papel de una marca como Alfa Romeo es brillantísimo. Este año, la 42ª edición consolidó, una vez más, el dominio indiscutible de Alfa Romeo en esta emblemática carrera.
El Alfa Romeo 6C 1750 Super Sport de 1929 del equipo Villa Trasqua, conducido por la pareja Vesco-Salvinelli, logró coronarse como ganador tras un intenso duelo con el Lancia Lambda Casaro VII Serie de 1927, pilotado por Fontanella-Covelli, quienes obtuvieron la segunda posición. Completando el podio, otro Alfa Romeo, esta vez bajo las manos del equipo Aliverti-Valente, también con un 6C 1750 de 1929.
400 clásicos participan en esta prueba
La carrera de este año llevó a más de 400 coches clásicos desde Brescia hasta Roma y de vuelta, con un desvío por Turín tras 76 años sin pasar por la ciudad del Piamonte. Esta ruta de más de 2.000 km requirió por parte de los participantes y de sus monturas, una combinación de velocidad, precisión y flexibilidad para enfrentarse y salir airosos de los numerosos desafíos que presentaba el recorrido.
Y el punto culminante de la prueba llegó cuando el Alfa Romeo 6C 1750 Super Sport de Vesco-Salvinelli cruzó primero la línea de meta en Viale Venezia, en Brescia, consolidando una vez más el estrecho vínculo de Alfa Romeo con esta legendaria carrera.
El equipo oficial de Alfa Romeo, con el respaldo del personal de Stellantis Heritage, desempeñó un papel crucial en el nuevo éxito conseguido por la firma del biscione. Entre los vehículos destacados se encontraban el Alfa Romeo 1900 Sport Spider de 1954, pilotado por el campeón mundial de DTM, Nicola Larini, y el Alfa Romeo 1900C Super Sprint de 1956, conducido por Andrea Farina de Motor1 y Davide Cironi de Drive Experience. Ambos vehículos, normalmente pasan las horas en el Museo Alfa Romeo de Arese, donde pueden ser admirados por los visitantes. Pero esta vez salieron a las carreteras para captar la atención y el entusiasmo del público.
Un entusiasmo el de los aficionados a los coches clásicos que se reflejó desde Brescia hasta Turín, pasando por Génova, las playas de Viareggio, Via Veneto en Roma, Siena, Ferrara y el Lago de Garda, en este «museo itinerante» de coches históricos. Los espectadores no solo disfrutaron de la elegancia y la historia de estos vehículos clásicos, sino que también pudieron apreciar el estilo y las prestaciones del Alfa Romeo Junior, que hizo su debut dinámico en esta edición.
Alfa Romeo presenta el Junior en la Mille Miglia
Porque «carrera más bella del mundo», como la definía Enzo Ferrari, sirvió también como plataforma para el debut del nuevo deportivo Alfa Romeo Junior. Este nuevo modelo fue acompañado por los exclusivos Giulia y Stelvio Quadrifoglio Super Sport, que rinden homenaje a la histórica primera victoria de Alfa Romeo en la 1000 Miglia de 1928 con el 6C 1500 Super Sport.
En resumen, la 42ª edición de la Mille Miglia no solo celebró la rica herencia de la marca italiana del biscione sino que también marcó el comienzo de una nueva era en la firma con el lanzamiento de modelos innovadores como este Junior que viene a convertirse no solo en la puerta de entrada a la familia italiana, sino también en el heredero de tantos y tantos coches que han hecho historia en la marca nacida en Milán.
