La sal es el método más utilizado para derretir la nieve y evitar que las carreteras se conviertan en auténticas pistas de hielo. Sin embargo, su uso trae consigo efectos negativos: corroe los bajos de los vehículos, daña el pavimento y perjudica el medioambiente. Por suerte, existen otras soluciones que son más amigables con tu coche y con la naturaleza. ¿Cuáles? A continuación, te presentamos tres alternativas eficaces que pueden sustituir a la sal en la lucha contra la nieve en la carretera.
3Gravilla: el refuerzo ideal para carreteras heladas
La gravilla es una opción común en Alemania y otros países con clima invernal severo. Su función principal no es derretir la nieve, sino mejorar la tracción de los vehículos: al proporcionar una superficie más rugosa, los neumáticos pueden agarrarse con mayor facilidad.
La principal ventaja de la gravilla es que, a diferencia de la sal, no afecta la pintura ni los bajos de los coches y, una vez que la nieve se derrite, puede ser barrida y reutilizada en futuras nevadas. Sin embargo, su uso requiere de un mantenimiento regular, ya que una acumulación excesiva de gravilla en las calles puede generar polvo o dañar los parabrisas si sale proyectada a alta velocidad.