Para muchos, el acto de conducir es sinónimo de libertad, de poder desplazarse hacia donde uno desee, con la única compañía del motor y la carretera. Sin embargo, para un notable 33% de los conductores en España, según varios estudios, esta experiencia se convierte en una auténtica pesadilla. Hablamos de la amaxofobia, la fobia a conducir o viajar en vehículos, un trastorno de ansiedad que afecta a miles de personas y que no siempre recibe la atención que merece.
1Rasgos importantes de la enfermedad
La amaxofobia es mucho más que un simple nerviosismo ocasional al ponerse al volante. Es un trastorno real que puede paralizar emocional y básicamente a quien lo padece. Las personas que sufren esta fobia experimentan una intensa angustia al enfrentar la idea de conducir, y en muchos casos, esta ansiedad puede ser tan aguda que las lleva a evitar por completa la actividad. Sonia Rojas, psicóloga y directora del gabinete especializado «Frena tu miedo», explica que la prevalencia de la amaxofobia es sorprendentemente alta, y cada año su consulta recibe entre 200 y 250 pacientes con esta condición.
El perfil de quienes sufren amaxofobia suele compartir ciertos rasgos. Según Rojas, muchas de estas personas tienden a ser autoexigentes y perfeccionistas, pero al mismo tiempo, presentan baja autoestima. A menudo se preocupan excesivamente por la posibilidad de fallar o molestar a otros conductores, y esta autoexigencia se convierte en una trampa que alimenta el miedo. Se trata de individuos que, lejos de disfrutar la libertad de la conducción, se sienten atrapados por una serie de temores que pueden dividirse en tres grandes categorías: el miedo social, el miedo al miedo, y el miedo a los accidentes de tráfico.
