Para muchos, el acto de conducir es sinónimo de libertad, de poder desplazarse hacia donde uno desee, con la única compañía del motor y la carretera. Sin embargo, para un notable 33% de los conductores en España, según varios estudios, esta experiencia se convierte en una auténtica pesadilla. Hablamos de la amaxofobia, la fobia a conducir o viajar en vehículos, un trastorno de ansiedad que afecta a miles de personas y que no siempre recibe la atención que merece.
5Superar la amaxofobia: Un camino con curvas
Afortunadamente, como muchos otros trastornos de ansiedad, la amaxofobia es tratable. Sonia Rojas afirma que entre un 75% y un 80% de las personas que se someten a tratamiento lograrán superar su miedo a conducir. No obstante, el éxito depende en gran medida del compromiso del paciente con la terapia y del apoyo de su entorno. La clave está en comprender que el proceso de recuperación no es lineal. Como señala Rojas, «esto es un recorrido ascendente, pero con curvas», y cada paciente necesita su propio tiempo para recorrerlo.
El tratamiento suele comenzar con una fase de trabajo psicológico, enfocada en gestionar la ansiedad, mejorar la autopercepción como conductor y reducir la sensación de peligro. Es crucial que el paciente recupere la confianza en sí mismo y se reconcilie con la idea de estar al volante. Una vez que esta primera etapa está consolidada, la terapia avanza hacia la exposición progresiva a situaciones reales de tráfico, con el acompañamiento del terapeuta.
