El mensaje no puede ser mas claro por parte de Anfac: “no podemos perder 2023”. Y eso se plasma en una Hoja de Ruta 2023-2025 que recoge medidas necesarias y casi obligatorias si España no quiere perder, definitivamente, el tren de la electromovilidad.
Porque hay peligros que acechan a la economía española y al sector si no nos ponemos inmediatamente manos a la obra, se recupera producción y mercado y las ventas de vehículos electrificados crecen hasta los niveles de los países de nuestro entorno. Si eso no se hace y no se consigue puede estar en riesgo el empleo además de futuras adjudicaciones de carga de trabajo para nuestras factorías por parte de los grupos automovilísticos con fábricas en España.
Lo más urgente, para Anfac, recuperar el mercado
Si esas medidas incluidas en la Hoja de Ruta 2023-2025 no se toman, no se lograrán ni los objetivos de reducción de emisiones ni se garantizará el futuro industrial de la automoción española y al mismo tiempo se acrecentará la brecha cada vez más constatable entre los países europeos en materia de electrificación, que está dejando a España muy lejos de los países punteros.
Todo esto debe empezar por una urgente recuperación del mercado, un mercado de 800.000 unidades en números redondos cuando debería ser de 1.200.000 unidades. Ese debe ser el primer objetivo a conseguir: llegar a 2025 estabilizando las ventas de coches en 1,3 millones de unidades. “2022 ha sido un año muy difícil para el sector del automóvil en España. Por tercer año consecutivo los datos de producción y mercado están muy por debajo de lo previsto. Esta situación es muy negativa, y el sector no puede continuar de esta manera”, ha afirmado Wayne Griffiths, presidente de Anfac antes de decir que “no podemos dejar pasar el año sin tomar decisiones ambiciosas, y necesitamos que todos los actores del ecosistema de la movilidad trabajen”.
Aunque hay que recuperar ventas y también, producción, para Griffiths, lo prioritario es lo primero, porque eso empujará a lo segundo: “si queremos fabricar coches eléctricos en España, hay que venderlos”. Y esa es otra de las debilidades detectadas, pues en el mercado español en 2022 se vendieron 78.239 unidades de turismos electrificados (PHEV+BEV), muy lejos del objetivo de 120.000 turismos necesarios para lograr el objetivo de reducción de emisiones exigido.
Anfac denuncia el envejecimiento del parque automovilístico
Esa tendencia abre aún más diferencias con nuestro entorno, “España se está quedando cada vez más atrás de los países líderes”. Una rápida vista a lo que ocurre en países como Alemania o Portugal que con una cuota de mercado de electrificados por encima del 20 por ciento y superan la media europea, pone de relieve la carencias en España, que a duras penas ha alcanzado el 9 por ciento de cuota y nos sitúa, junto a Italia en el furgón de cola de la electrificación.
Y sigue aumentando también las cifras de edad del parque automovilístico español, que este 2022 habrá llegado a los 14 años y que, si la cosa no cambia, podría estar en los 15,9 años de media en 2030. Con todo lo que eso supone para cumplir los objetivos de emisiones marcados por la Unión Europea. España tiene la peor cifra de emisiones de los países de nuestro entorno, con 126 g/km de CO2, muy por encima de Alemania, Francia o Portugal.
Pero también ese envejecimiento del parque redunda en la seguridad vial. “Estamos incumpliendo la doble hoja de ruta que aspiramos a conseguir: 0 emisiones y 0 accidentes. Y nuestra preocupación es que si no actuamos ahora este escenario va a empeorar. Tenemos que actuar ya, en los años 2023 a 2025. O hacemos algo, o definitivamente nos quedaremos atrás y perderemos esta final para nuestra industria y para nuestro país”, ha comentado Wayne Griffiths durante la presentación a la prensa de la Hoja de Ruta.
La Hoja de Ruta de Anfac se basa en lo que funciona en otros países
Un plan que se basa en el sentido común; en no inventar nada, sino simplemente replicar lo que ya funciona en otros países de la Unión Europea que están tan comprometidos como España y como el sector de la automoción con cumplir los objetivos de descarbonización marcados por Bruselas. “Siempre hemos propuesto medidas que sabemos que funcionan”, aseguran los dos dirigentes de Anfac.
Anfac vuelve a poner el dedo en la llaga en las ayudas a la compra. Unas ayudas que en España son complicadas. La patronal pide cambios profundos en esto. Por ejemplo, que la ayuda se descuente directamente en el momento de la compra. Pero también que esté exenta de tributar en el IRPF –como ya ocurre en otras subvenciones en otros sectores- para sacarle el máximo provecho a cada euro invertido en subvencionar la compra de coches.
La fiscalidad es otro de los puntos a mejorar, de manera urgente para conseguir que el mercado de vehículos electrificados vaya ampliándose a los niveles necesarios. “Necesitamos mejoras en IVA, en impuesto de sociedades, en IRPF. Hay que actuar ya en 2023, y seguir hasta 2025”, asegura José López-Tafall, director general de la asociación que agrupa a las marcas automovilísticas.
Y aunque para Griffiths el aumento de las ventas de eléctricos es más importante que la infraestructura de recarga, este es otro de los temas en los que Anfac no quiere dejar de incidir. Porque sin esa infraestructura no habrá un desarrollo de la movilidad eléctrica a la altura de los objetivos.
El sector necesita de la ayuda de todos
Con el actual ritmo de creación de puntos de recarga no conseguiremos llegar a esos objetivos. Un ejemplo, habría que multiplicar por 37 la cifra de puntos actuales para que en 2030 lleguemos a la cifra marcada en los objetivos del Gobierno.
A pesar de los datos negativos o poco halagüeños, Wayne Griffiths cree que hay ver este momento como un reto más que como un riesgo “si ponemos las medidas, es una gran oportunidad para España”. Pero ya no se puede perder tiempo: “No podemos perder 2023. Hemos de planificar juntos los tres años clave que nos esperan: 2023 a 2025. Un mercado por debajo del millón de unidades y con menos del 10% de ventas de vehículos electrificados es incompatible con ser un hub industrial de electrificación”.
Y para conseguirlo, se necesita la implicación de todos: “Fabricantes, proveedores de componentes y sindicatos estamos unidos para mantener la competitividad de la industria del motor, esa unión se debe extender al resto de agentes, y actuar de modo coordinado y urgente. Y España debe tener un modelo de movilidad multimodal en el que el coche cero emisiones sea parte de la solución y no del problema. Nuestro liderazgo en el sector de automoción europeo está seriamente en peligro si no actuamos ya”.