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Los míticos Aníbal del Ejército de Tierra y fabricados en Linares tienen los días contados

Después de décadas de servicio, los emblemáticos vehículos todoterreno Aníbal del Ejército de Tierra español, fabricados en la localidad andaluza de Linares, están a punto de ser sustituidos. Esta transición marca el final de una era para un vehículo que ha sido fundamental en las operaciones militares españolas. El contrato para su reemplazo, recientemente adjudicado a la compañía Iturri, supondrá la llegada de los nuevos Vehículos Militares Todoterreno Tácticos (VMTT), fabricados por Peugeot en su modelo Landtrek. Este cambio no solo representa una actualización tecnológica, sino también un paso hacia la modernización de la flota militar española.

Los Aníbal han sido durante años un pilar en la movilidad del Ejército de Tierra, utilizado tanto en operaciones nacionales como internacionales. Producidos por la ya desaparecida Santana Motor, estos vehículos adquirieron fama por su robustez y capacidad para enfrentarse a terrenos complicados. Sin embargo, a pesar de sus méritos, el tiempo ha pasado factura a los Aníbal, que ahora se ven superados por las exigencias actuales de movilidad y seguridad. Las dificultades para encontrar repuestos y mantener estos vehículos operativos han forzado al Ejército a buscar una solución definitiva.

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El legado de los Aníbal

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El Santana Aníbal, fabricado en Linares, nació de un acuerdo entre Santana Motor y el Ejército de Tierra. Inspirado en el todoterreno Land Rover, el Aníbal fue adaptado para cumplir con los requisitos militares, combinando capacidad de carga, resistencia y facilidad de mantenimiento. Estos vehículos han sido testigos de algunas de las misiones más importantes del Ejército de Tierra, incluido su despliegue en Kosovo, Afganistán y otras operaciones internacionales. A lo largo de los años, los Aníbal han demostrado ser versátiles, pero su diseño, basado en tecnología de los años 90, ya no puede competir con los estándares modernos.

Con una capacidad de carga de hasta una tonelada, su diseño clásico y su tracción en las cuatro ruedas, el Santana Aníbal fue en su momento un orgullo de la industria automotriz española. Sin embargo, las crecientes demandas del campo de batalla actual, donde la digitalización, la protección balística y la conectividad son clave, han dejado al Aníbal obsoleto. Además, con la desaparición de Santana Motor en 2011, la producción de repuestos se convirtió en un reto insostenible para el Ejército, lo que aceleró la necesidad de encontrar un sustituto.

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