La edición de las 24 Horas de Le Mans de este año dejó a todos los aficionados del automovilismo boquiabiertos con una sorprendente victoria de Ferrari sobre los siempre todopoderosos Toyota.
A pesar de la reputación impecable de los coches nipones, el equipo italiano logró arrebatarles el triunfo de manera inesperada. ¿Qué sucedió realmente para que Toyota cayera en desgracia? La respuesta sorprendente radica en un inofensivo animalito que provocó una bochornosa derrota.
3No pudieron evitar la derrota
A medida que se acercaba el final de la carrera, el coche japonés se esforzó por recuperar la ventaja perdida. Los pilotos lucharon valientemente, pero un giro del destino sellaría su destino. Faltando tan solo dos horas para la línea de meta, Hirakawa sufrió un trompo, comprometiendo aún más las posibilidades de victoria de Toyota. A pesar de sus esfuerzos incansables, la derrota se hizo inevitable.