La Dirección General de Tráfico, DGT, acaba de presentar un estudio sobre seguridad vial en el que han participado 18 países europeos y que deja en evidencia cuáles son las asignaturas pendientes en España en materia de seguridad vial. El informe supone la mayor recopilación de datos en este ámbito en Europa y tendrá continuidad en los próximos años con otro estudio de similares características en el que participarán 25 estados miembros.
El informe ‘Baseline’ ha analizado 8 indicadores claves de seguridad vial relacionados con el comportamiento de las personas, los vehículos, la infraestructura y la atención a las víctimas tras un accidente. Se trata de aspectos como el uso del cinturón de seguridad, el cumplimiento de las normas de velocidad o del límite de alcohol al volante y la utilización del casco o los sistemas de retención infantil, entre otros.
Según la DGT, «España, comparativamente hablando, obtiene un resultado medio-alto en los indicadores de cinturón, casco y, en algunos casos, el de velocidad». En cambio, hay otras ‘asignaturas’ en las que necesitamos mejorar y en concreto, una de ellas, en la que nos ponen un rotundo suspenso.
2Uso del cinturón, el casco y las sillas infantiles
Si en el respeto a los límites de velocidad los españoles tienen un buen comportamiento, ocurre todo lo contrario en el uso correcto de los sistemas de retención infantil, que en España asciende a un 46%, el valor más bajo de todos los países con datos que han participado en el proyecto presentado por la DGT.
Sin embargo, el uso del cinturón de seguridad sí está plenamente extendido y en el caso del conductor y el acompañante delantero lo utilizan el 96%, un valor que se sitúa en el rango medio-alto de los países observados; los valores más altos están entre el 98 y el 99%. En las plazas traseras, el nivel de uso es del 94%, el segundo valor más alto de todos los países con observaciones.
También obtenemos muy buena nota, según la DGT, en el uso del casco por parte de motoristas, que oscila entre el 99% en vías urbanas y el 100% en vías interurbanas. En el caso de los usuarios de bici, su uso es algo menor y alcanza al 90% en carreteras convencionales, siendo el valor más alto de todos los países.
Aunque no estaba incluido en el proyecto ‘Baseline’, también se ha medido el uso del casco en ciudad entre usuarios de vehículos de movilidad personal, con un valor del 39%.