La decisión de Porsche de sumar un “vehículo deportivo polivalente” a su gama condujo a la empresa a dar otro gran paso a finales de la década de 1990. La construcción de una segunda planta de producción para producir el Porsche Cayenne.
3El inicio de la fabricación
La decisión se anunció oficialmente en septiembre de 1999. La empresa, la ciudad de Leipzig y el estado de Sajonia trabajaron juntos intensamente para cumplir con el ambicioso calendario de este proyecto a gran escala. Incluso organizar la ceremonia oficial de inauguración fue un desafío logístico, cuenta Mildenberger. “El evento estaba previsto para 100 invitados, pero con el tiempo se corrió la voz sobre la importancia de la participación de Porsche en Leipzig. De repente, todos querían estar allí”, dice.
Al final, fue necesaria una carpa, un servicio de catering, instalaciones sanitarias y una amplia infraestructura para atender a 350 invitados. En el último minuto, Mildenberger tuvo que conseguir botas de obra amarillas certificadas, que acabarían usando en el acto de inauguración Wendelin Wiedeking, Kurt Biedenkopf, Primer Ministro de Sajonia en ese momento, y el entonces alcalde de Leipzig, Wolfgang Tiefensee.
Solo pasaron dos años y medio entre aquel día de febrero de 2000 y el inicio oficial de la producción el 20 de agosto de 2002. En ese tiempo, se construyó una línea de ensamblaje de 15.000 metros cuadrados, que recibía carrocerías del Porsche Cayenne pintadas en Bratislava. Los motores procedían de Zuffenhausen. El proceso conocido como “boda”, es decir, la integración del motor y la transmisión en el chasis, tenía lugar en Leipzig, al igual que el montaje final, lo que permitía considerar al Cayenne un modelo hecho en Alemania desde un punto de vista legal.
La gran inversión de Porsche pronto daría sus frutos. En poco tiempo, ni los 259 empleados iniciales ni la capacidad del centro fueron suficientes para satisfacer la creciente demanda del primer SUV de la marca. La planta se amplió por primera vez en 2004. “Leipzig se ha convertido en un segundo hogar para nosotros, junto con Zuffenhausen”, dijo Wendelin.