Seguro que muchos de nosotros nos hemos imaginado alguna vez conduciendo el deportivo de nuestros sueños. ¿A quién no le gustaría tener un Ferrari, un Lamborghini o un Porsche en el garaje de su casa? Sin embargo, se trata de vehículos tan únicos, que solo están al alcance de las personas con mayor poder adquisitivo. Por ello, es muy bien sabido que cuando los conductores chocan y destrozan su supercoche suelen defenderse a tal grado que comienzan a poner pretextos de todo tipo. Algunos, lo hacen de una manera tan original que los agentes o ellos mismos se la creen y hay otros que ocupan pretextos tan comunes que delatan su falta de atención. Por ejemplo, el más conocido «yo no choqué, me chocaron» hasta pretextos que nunca hubiéramos imaginado escuchar.
Entonces, la mente de los propietarios que sufren accidentes automáticamente buscan justificaciones para defenderse ante las imprudencias. Si te has encontrado con usuarios que se caracterizan por tener una gran habilidad para decir tonterías, o eres uno de ellos, entonces coincidirás de alguna manera con las excusas que suelen poner después de una colisión. Pero, ¿qué pasa en la mente humana que cuesta trabajo, aceptar errores? Antes de plantear evasivas, es importante que asumamos responsabilidad ante el volante, y sobre todo si circulamos en un supercoche. Pues, de ella depende nuestra vida y la seguridad de los demás en la carretera.