En la Comunidad de Madrid existe la MP-203, conocida popularmente como la «autopista fantasma». En pleno siglo XXI, con la tecnología avanzando a pasos agigantados y la infraestructura vial modernizándose constantemente, resulta difícil imaginar la existencia de una autopista que lleva casi dos décadas esperando ser utilizada. Un proyecto iniciado en 2005 con grandes promesas y que, casi veinte años después, sigue siendo una incógnita para muchos conductores y un despropósito urbanístico para la región.
Esta vía fue concebida como una autopista de peaje que enlazaría la A-2 con la R-3, dos de las principales arterias que conectan la capital española con otras comunidades autónomas. Su trayecto estaba previsto entre los municipios de Mejorada del Campo y Loeches, una zona estratégica para mejorar la movilidad y reducir el tráfico en las vías circundantes. Sin embargo, a pesar de las expectativas, el proyecto quedó en el limbo. En 2007, apenas un año antes de la inauguración prevista, las obras se detuvieron debido a conflictos entre las administraciones públicas y la empresa constructora encargada de su ejecución.
¿Qué fue lo que sucedió con la carretera fantasma de Madrid?
La parálisis en la construcción de la MP-203 no fue un hecho aislado. En España, existen otros casos similares de infraestructuras viales que quedaron a medio hacer o que nunca llegaron a funcionar como se esperaba. Lo peculiar de esta carretera madrileña es que, durante casi dos décadas, ha estado prácticamente lista en términos físicos: kilómetros de asfalto trazados, puentes y estructuras instaladas, pero sin que un solo vehículo haya transitado legalmente por ella.
Lo que para muchos vecinos de la zona fue inicialmente motivo de frustración, con el tiempo se convirtió en una especie de mito local. No es raro escuchar historias de cómo la autopista se ha utilizado de manera informal para carreras ilegales de coches, o como escenario de rodaje para películas y series. En ese sentido, la MP-203 ha encontrado una suerte de utilidad alternativa, aunque muy lejos del propósito original para el que fue concebida.
¿Qué ocurre actualmente con la MP-203 de Madrid?
Desde que las obras se paralizaron en 2007, la autopista ha sido el escenario de numerosos eventos no autorizados. Las largas y desiertas extensiones de asfalto atrajeron a conductores temerarios que aprovechaban la falta de vigilancia para organizar carreras ilegales, poniendo en riesgo la seguridad y aprovechándose de un espacio que, en teoría, debía estar cerrado al tráfico. Además, varias producciones cinematográficas y televisivas han aprovechado la peculiar situación de esta carretera fantasma de Madrid para rodar escenas de acción o persecuciones, dada su atmósfera desolada y el hecho de que, al no estar abierta al público, no interfiere con el tráfico real.
Sin embargo, estos usos alternativos no han justificado la inversión millonaria que se hizo inicialmente. La MP-203 sigue siendo un ejemplo claro de mala planificación y falta de coordinación entre administraciones. A lo largo de los años, el proyecto ha pasado por diferentes gobiernos, pero ninguno ha logrado desatascar la situación hasta hace poco, cuando la Comunidad de Madrid anunció que las obras están finalmente a punto de concluir.