Y es que con su imponente propulsor 6.0 V12 atmosférico de 565 CV, esta máquina es capaz de alcanzar una velocidad punta de 323 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 4,1 segundos. Ambos registros le permiten convertirse en el Aston Martin más veloz de toda la historia de la marca de Gaydon.
Su propulsor también presenta un par máximo de 620 Nm cuando gira a 5.750 rpm, aunque la marca asegura que desde 1.000 rpm ya ofrece nada menos que 510 Nm, lo que ayuda por si lo queremos conducir diariamente, otorgándole una suavidad exquisita propia, como no podía ser de otra manera de un V12 atmosférico.
Cambio robotizado y propulsión trasera
Todo su potencial se envía a las dos ruedas posteriores, por medio de una caja de cambios robotizada Sportshift III, que reemplaza al cambio manual de 6 marchas de su antecesor. Esta nueva transmisión también es 20 kilos más ligera que la manual.
Dirección y suspensión se ajustar dependiendo de los gustos y necesidades del cliente. En el caso de la suspensión cuenta con tres modos de uso: Normal, Sport y Track. De serie también equipa frenos carbocerámicos.
Estéticamente recibe piezas fabricadas en fibra de carbono, las cuales acentúan la deportividad de semejante obra de arte. Pero si el cliente quiere un mayor nivel de personalización puede siempre acudir a la división Q de Aston Martin y crear «su» Vantage V12 S Roadster, una máquina que te acelerará el pulso en cuestión de segundos, como se puede ver en el siguiente vídeo.