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Atropellar animales en carretera: así debes actuar para evitarlo

Uno de los mayores peligros que nos podemos encontrar cuando estamos conduciendo es la presencia en la calzada de un animal. Nuestro instinto pasa casi siempre por tratar de esquivarlo, pero no suele ser precisamente la mejor opción. Te explicamos qué hacer al volante para evitar atropellar animales en carretera mientras estás conduciendo.

Con la llegada de las vacaciones es inevitable que realicemos grandes desplazamientos para llegar a nuestro destino de descanso. Sean zonas de montaña o playa, es la época del año que utilizamos con mayor frecuencia las carreteras secundarias, tanto de día como de noche. También circulamos por autovías o autopistas, pero este tipo de trazados suelen estar vallados para evitar, precisamente, que los animales las crucen.

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Un animal es imprevisible

Además, como ya hemos comentado, el comportamiento del animal suele ser imprevisible. Y tratar de esquivarlos en ocasiones no sirve porque si se asusta saldrá corriendo hacia donde menos te lo esperes. Lo mejor es tratar de frenar al máximo, sin grandes brusquedades y en línea recta, y tocar el claxon. A veces con este gesto es suficiente para que salga huyendo.

Otro punto a tener en cuenta es no fijarse estrictamente en el animal y buscar con la vista la ‘vía de escape’. En los cursos de conducción una de la reglas de oro es buscar siempre la escapatoria con la mirada más allá del peligro. No falla: si hay un árbol y nos fijamos sólo en él, lo más probable es que terminemos impactando contra él.

Si el atropello es inevitable hay que actuar en consecuencia. No es lo mismo encontrarte en la calzada un gato o un conejo, que un jabalí o un ciervo. Un animal pequeño pasará por los bajos del coche y puede ocasionar algún percance en forma de avería, pero poco más.

Sin embargo, un animal grande, como un ciervo, es un peligro para la integridad de los ocupantes de las plazas delanteras. El motivo es que suele ‘pasar’ por encima del capó e impactar de manera brusca contra el parabrisas, invadiendo el habitáculo. Otro atropello frecuente es contra un jabalí. Este animal es como una roca y nos puede dañar seriamente el frontal del coche, a nivel de chapa, radiador… pero rara vez supera por altura el capó.