Las carreteras europeas son testigos de un sinfín de historias cada día. Vehículos que se desplazan a gran velocidad, conductores atentos, y en ocasiones, trágicamente, animales que cruzan sin entender el peligro. Sin embargo, no todas las aves parecen estar igual de expuestas a este riesgo.
Un ave que vemos comúnmente al borde de la carretera es la paloma, a menudo despreocupada, y desafortunadamente, más susceptible a los atropellos. En contraste, las urracas y los cuervos parecen ser más astutos, más esquivos, y menos propensos a encontrarse en situaciones peligrosas con vehículos en movimiento. ¿Por qué es esto así? La respuesta se encuentra en las fascinantes diferencias en la capacidad de orientación y el comportamiento de estas aves.
1Las capacidades de orientación de las aves
Las aves han desarrollado extraordinarias habilidades de orientación y navegación a lo largo de la evolución. Algunas especies, como las palomas mensajeras, son capaces de encontrar su camino de regreso a casa desde distancias asombrosas. Sin embargo, estas capacidades no son uniformes en todas las especies de aves, y de hecho, varían considerablemente en función de la estructura del cerebro y las necesidades ecológicas de cada especie.
Las palomas urbanas, por ejemplo, aunque son conocidas por su capacidad de orientación a largas distancias, pueden ser sorprendentemente desatentas en entornos urbanos. Su familiaridad con las ciudades y la confianza en un entorno que perciben como seguro, puede llevarlas a comportarse de manera más despreocupada cerca de las carreteras. Además, el alto grado de habituación al tráfico vehicular las convierte en víctimas más fáciles en comparación con otras aves.
Por otro lado, las urracas y los cuervos, pertenecientes a la familia de los córvidos, son aves notablemente inteligentes y adaptativas. Estudios han demostrado que estos pájaros poseen una capacidad cognitiva avanzada, comparable a la de los primates. Los córvidos son conocidos por su habilidad para resolver problemas complejos, usar herramientas, e incluso por su habilidad para planificar el futuro. Esta inteligencia superior se traduce en una mayor capacidad para evaluar y reaccionar ante situaciones peligrosas, como el tráfico vehicular.
