Desde que Audi anunció su lanzamiento, este vehículo se había convertido en uno de los que más expectación había levantado. Y no es para menos porque se trata de un modelo tremendamente innovador tecnológicamente hablando, con un potencial que abruma casi tanto como su precio: 110.970 euros. Ya se puede adquirir, aunque las primeras unidades llegarán en octubre.
Nos desplazamos a la ciudad francesa de Mulhouse para acudir a la presentación dinámica y conocer a fondo el primer modelo S de la gama Q7. Para los más puristas ya adelantamos que no habrá un SQ7 de gasolina, pero decirles también que este súper TDI no defraudará a nadie. Primero asistimos a una presentación tecnológica del vehículo y después llega la adrenalina pura y dura al volante.
Triplete en la sobrealimentación
El SQ7 TDI apuesta por un renovado propulsor 4.0 V8, por no decir nuevo, ya que han sido casi cuatro años de desarrollo hasta ver finalmente la luz. Sus números dan la nota: 435 caballos de potencia y 900 Nm (91,8 mkg) de par motor. Llegar a esas cifras exige una tecnología tan sofisticada como novedosa, que implica hasta un 'triplete' en su sobrealimentación, con un compresor eléctrico como estreno más destacado. De esta manera se elimina el vacío de carga a bajo régimen, ofreciendo una respuesta inmediata nada más pisar el acelerador. De hecho disponemos de todo el par desde sólo 1.000 rpm.
El compresor eléctrico, que entra en acción en apenas 250 milisegundos y gira a 70.000 rpm, funciona como máximo 10 segundos. Es tiempo más que suficiente como para que el primer turbo de geometría variable sea ya efectivo en su rendimiento. Cuando se superan las 2.500 rpm el segundo turbocompresor (del mismo tamaño) comienza a 'trabajar', actuando los dos a la vez hasta las 5.000 vueltas. Es en ese momento cuando salen a la luz los 435 caballos.
La potencia del compresor eléctrico EPC la suministra un sistema de 48 voltios que, a su vez, se alimenta de una batería de iones de litio que se ubica bajo el piso del maletero. Ésta también actúa sobre el sistema de barras estabilizadoras activas (más adelante nos referiremos a ellas) y puede servir de apoyo a la batería de 12 voltios tradicional que alimenta a los elementos clásicos (luces, motor de arranque, equipo de sonido…).
Todo esto es pura teoría, pero ¿qué pasa en la práctica?. Primera cosa que llama la atención: al arrancar el SQ7 no suena a diésel. Su sonido es 'bronco' y nada más pisar el acelerador la respuesta es inmediata. Este descomunal V8 se asocia a una caja de cambios Tiptronic con convertidor de par de ocho relaciones y a la eficaz tracción total quattro de Audi.
Máximo rendimiento, mínimo consumo
Nos ponemos en marcha. Su rendimiento es tan espectacular que adelantar vehículos se convierte en un juego de niños, pese a arrojar un peso en vacío de 2.270 kilos (sin conductor). Como es lógico, en tráfico abierto no pudimos alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima (limitada electrónicamente) que registra, pero sí nos acercamos a los 4,8 segundos que necesita para pasar de 0 a 100 km/h. Son números de un auténtico deportivo, pero dulcificados por un consumo medio homologado de sólo 7,2 litros cada 100 kilómetros. Lo cierto es que respetando los límites de velocidad, y con el Audi Drive Select en modo Efficiency, nuestra unidad arrojó un consumo medio de 9,5 litros, aunque confirmaremos con mayor rigor sus prestaciones y consumo cuando este vehículo pase por nuestro centro técnico.
Sí que tuvimos ocasión de comprobar su excelente dinámica gracias al aporte de sofisticadas tecnologías en este sentido. Además de la suspensión neumática de serie, este modelo ofrece la posibilidad, por primera vez, de montar un sistema antibalanceo electromecánico. Estas estabilizadoras activas presentan un motor eléctrico situado en medio de la barra, capaz de hacer girar en sentido inverso cada mitad con el fin de generar tensión y que el vehículo gire más plano en pleno apoyo.
Además también se incorpora, por primera vez este SUV, un diferencial deportivo quattro ubicado en el eje trasero, elemento que brinda un mayor control y agilidad al acelerar en los virajes. Estos dos elementos, junto a la dirección a las cuatro ruedas, son una opción tremendamente dinámica que el SQ7 TDI ofrece en un mismo paquete. El resultado es que, a pesar de su tamaño (5,07 metros de longitud) y peso, el vehículo se mueve con una agilidad digna de modelos mucho menos corpulentos. Apenas balancea, la dirección es precisa, el cambio rápido, los frenos eficaces… cualquiera diría que se trata de un TDI, aunque hay que recordar que esas siglas ya saben lo que es vencer con solvencia en Las 24 Horas de Le Mans.
Por último, señalar que el diseño es uno de los principales motivos a la hora de adquirir un Audi. El SQ7 incopora una rejilla frontal y paragolpes en la línea del resto de modelos S. También el interior se decora con detalles más deportivos que el resto de la gama, y conserva la disponibilidad de elegir entre cinco o siete plazas. Esta última variante tiene un sobreprecio de 1.800 euros.
Como ya indicamos al inicio, disfrutar del nuevo SQ7 conlleva un desembolso de 110.970 euros. En ese precio, además de todo el potencial y rendimiento ya descritos, nos encontraremos con una generosa dotación de serie, que incluye elementos como faros led, suspensión neumática, asientos delanteros eléctricos y tapizados en Alcántara, llantas de aleación de 20 pulgadas, sistema MMI Navegación, Audi parking system plus… y muchos de los 24 asistentes que se ofrecen para viajar de forma más cómoda y segura.