Audi lanza la tercera generación del TT, primero con carrocería coupé, y más adelante llegará el Roadster, que como sus dos antecesores apostará por una capota de lona. A nivel estético supone un avance, por adelantar las futuras líneas de diseño de los próximos Audi, pero no rompe con el ADN que caracteriza a sus antecesores, entrelazando líneas angulares y curvas. Su morro se asemeja bastante al de un Audi R8, incluso los cuatro aros se han colocado en el capó y no en su nueva parrilla Singleframe. De serie, el Audi TT cuenta con faros de xenón, pero de manera opcional podrá equipar también unos nuevos faros con la tecnología Matrix LED, la cual también se ofrece en los A6, A7 y A8.
No podía faltar el alerón trasero
La iluminación ha sido un apartado vital en el desarrollo de la nueva generación del coupé más mítico de Audi, pues también suma luz diurna en los pilotos traseros (al igual que los delanteros, van siempre encendidos) y los intermitentes activos. Todo ello ayuda a incrementar la seguridad activa, aunque para ello también cuenta con los últimos sistemas que estrena también un A3 (detector de fatiga, sensores de ángulo muerto, frenada de emergencia…). El cliente lo podrá personalizar a su gusto con los diferentes paquetes estéticos s line, llantas de hasta 20 pulgadas (de serie son de 17 y los TTS son de 18 pulgadas) y tampoco falta el alerón posterior, el cual emerge para ejercer presión sobre su eje trasero.
Sobre la plataforma MQB y nueva ASF
El nuevo Audi TT mide 4,18 metros de largo, 2 centímetros menos que antes, y su carrocería es una evolución de la Audi Space Frame, que mezcla acero y aluminio para aportar rigidez, además de ligereza. Así, su peso arranca en 1.305 kilos (en el caso del motor 2.0 TFSI de 230 CV con cambio manual y tracción delantera), 50 menos que antes, por lo que consiguen bajar el centro de gravedad 10 milímetros, pero a la vez este TT es un 23% más rígido a la torsión que antes. A ello también ayuda el estar creado soble la plataforma modular MQB, la misma sobre la que se asienta un Audi A3 o un Volkswagen Golf por poner dos ejemplos.
Calidad, pero detrás mejor nadie
El habitáculo también es nuevo, con asientos que tienen el reposacabezas integrados (a los más altos les quedará algo bajo), son más ligeros y envolventes. También cuenta en esta generación con el freno de estacionamiento eléctrico y una calidad fuera de toda duda. Por cierto, Audi lo considera como un vehículo 2+2 plazas, y nunca mejor dicho, pues detrás es mejor que no viaje nadie o si lo hacen, mejor que sean niños (detrás hay fijaciones Isofix). El maletero por su parte tiene una capacidad de 305 litros, pero puede llegar a 712 abatiendo los respaldo traseros, y bajo el plano de carga se ubica la batería, pues se recurre a un kit reparapinchazos de serie.
Curioso es cómo Audi ha integrado los mandos del climatizador en las salidas de ventilación, con un diseño que emula una turbina de un avión, pero más curioso es el Audi virtual cockpit. Se trata de una pantalla TFT de 12,3 pulgadas que hace la función de velocímetro, ya que es el conductor quien la tiene delante, y en la que se visualiza íntegramente todo lo relacionado con el TT (relojes, temperatura, gasolina, navegación, radio, teléfono…). Requiere práctica, pero una vez cogido el truco navegamos por ella 'fácilmente' (por lo menos por los menús principales, pues para indagar por ellos es mejor estar con el coche parado) desde los mandos del volante o desde la ruleta central del MMI. Es de serie en todos los TT y convierte al acompañante en un mero espectador que se aburrirá más de la cuenta mientras su conductor disfruta de uno de los coupé más dinámicos del segmento. Y es que aunque el acompañante tiene acceso al botón central del MMI, la pantalla es póco visible para éste, quien no nos podrá echar una mano por ejemplo para buscar una dirección en el navegador, aunque también es verdad que se puede hacer mediante comandos de voz.
Tres motores para abrir boca
Y lo de dinámico lo decimos además de por el nuevo chasis, por unos propulsores que dan el do de pecho en todo momento, incluído el 2.0 TDI, un propulsor con 184 CV que deriva de un Golf GTD por poner un ejemplo y convierte al TT en un devorakilómetros con el que recorrer hasta 1.190 kilómetros sin parar, y eso que en su depósito sólo caben 50 litros (55 en los TTS). Pero además con unas prestaciones brillantes (alcanza 241 km/h de velocidad punta y acelera de 0 a 100 km/h en sólo 7,1 segundos) y un comportamiento impecable a pesar de no equipar tracción quattro y no poder llevar cambio s tronic (en un futuro seguro que lo puede equipar). Durante el recorrido con el TDI firmamos un registro de 6,3 l/100 km (homologa 4,2 l/100 km y es el único que no paga impuesto de matriculación) y rodando a buen ritmo por tramos de montaña, donde por cierto descubrimos que su suspensión no se hace incómoda, y eso que no equipaba la adaptativa opcional (esta adaptativa es de serie en los TTS). Ésta se puede controlar desde el Audi drive select junto a otros parámetros del motor y es una opción para los 2.0 TDI y 2.0 TFSI de 230 CV.Y junto a esta versión de 230 CV, llega otra con 310 CV para el TTS, que llega más adelante y deriva del mismo 2.0 TFSI -más de 156 CV/litro-.
Ya el 2.0 TFSI de 230 CV (es el mismo motor que utilizan los Volkswagen Golf GTI Performance) anda de sobra, pues su velocidad máxima es de 250 km/h y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 6,0 segundos. Por cierto, su consumo medio es de 5,9 l/100 km (todos los Audi TT, tanto con cambio manual como automático s tronic equipan start-stop). 6,4 l/100 km anuncia esta misma variante equpada con cambio automático, opción que obliga a elegir también la tracción quattro, por lo que el TT se encarece nada menos que 5.660 euros. Con esta combinación, se permite el lujo de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.
Como tope de gama (por el momento ya que llegarán los aún más deportivos TT RS), llegará el mencionado TTS, que equipa de serie la tracción quattro con el nuevo sistema Haldex de quinta generación, que suma a su vez una reprogramación específica para darle más presencia al tren trasero y la gestión individual del par en cada rueda (los Audi TT con tracción delantera tienen diferencial eléctrónico para mejorar la tracción), al activar el modo dynamic desde el Audi drive select (en modo efficiency activa la navegación a vela en los equipados con cambio s tronic). Todo ello lo pudimos probar en el trazado de Ascari, y el resultado no puede ser más impresionante, con un paso por curva rapidísimo y divertido. Además, al pisar con energía el empuje es demoledor, ya que este TTS acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos (4,9 con el cambio manual ya que suma la función Launch Control) y su velocidad máxima es de 250 km/h en ambos casos. El manual homologa un consumo medio de 7,1 l/100 km y el s tronic se conforma con 6,8 l/100 km. El problema es que el precio de este TTS, que llegará más adelante, rondará los 60.000 euros, aunque el más básico (TFSI de 230 CV) no es nada barato, ya que cuesta nada menos que 40.890 euros, y el TDI se queda en 42.390 euros, sin contar en ninguno de los casos, las innumerables opciones que hacen de tu TT, un vehículo único.