En 1988 se lanzaba un modelo que iba a allanar el camino para todas las berlinas de lujo futuras de Audi; hablamos del V8. Este modelo se convirtió por primera vez en un buen contrincante para Mercedes-Benz y BMW. Y es que el V8 marcó el inicio de muchas cosas en Audi que más tarde se iban a convertir en parte de su identidad. Fue el primer sedán lujoso de gran tamaño de la compañía, su primer coche de producción en montar un motor V8 o el primer modelo quattro que contaba con transmisión automática.
Primer coche de producción V8 de Audi
Desde el 88 hasta agosto del 91, Audi solo ofrecía en este modelo el motor de 3,6 litros atmosférico que generaba 250 CV de potencia. Este se emparejaba a una caja de cambios automática de cuatro relaciones o a una manual de cinco. Sin embargo, en el verano de 1991, se introdujo otro motor a la gama; un V8 de 4,2 litros que elevaba la potencia hasta los 280 caballos. Este se podía acompañar de la misma caja de cambios automática de cuatro relaciones o una nueva manual de seis.
Ahora bien, la firma de los cuatro aros solo fabricó 21.000 unidades entre el 88 y el 93, por lo que echarle el guante a uno, y más que esté en buenas condiciones, es una tarea bastante compleja. Este ejemplar que tenemos aquí, puede que sea el que menos uso haya tenido o uno de los que menos, ya que tan solo ha recorrido 218 km desde que abandonase la fábrica hace 30 años. Se encuentra a la venta a través de Bourguignon, en Holanda, e hizo sus primeros 157 km en Bélgica, lugar donde permaneció hasta que su actual dueño lo adquiriése en 2016. Desde entonces, solo ha recorrido 61 km más, hasta situarse en los 218 citados anteriormente.
En su exterior este modelo presenta un color blanco perlado y lo combina con un interior en cuero negro y detalles en madera. Este, al ser de 1990, es de los que equipan el V8 de 3,6 litros y se empareja a la caja de cambios automática de cuatro velocidades.
Mejor equipado de serie que muchos modelos 2020
Pero sin duda lo más destacable del modelo, además de su excelente condición de conservación, es lo impresionantemente bien equipado que venía de serie. Control de crucero, ABS, asientos delanteros eléctricos y con memoria, asientos calefactables; también detrás, climatizador automático, techo solar, ventanillas eléctricas, espejos eléctricos… Lo único en opción que monta este coche son las cortinillas en las ventanillas traseras y luna posterior.
Ahora bien, un coche así, en este estado, con esta historia y esos kilómetros no es barato. El precio que se pide por él es de 74.950 euros, aunque sin duda es un coche único con un uso tan ridículo que prácticamente es como comprar un coche de 1990 nuevo de concesionario.
