Tres de cada cuatro conductores consideran que las carreteras españolas están en mal estado, con baches y un firme muy irregular, según un estudio de la Fundación CEA (Club Europeo de Automovilistas). Esa percepción negativa lógicamente se corresponde con la realidad, porque cada vez hay más baches, grietas y hasta falta de iluminación.
Estos problemas se deben a una increíble falta de mantenimiento y de inversión en las autovías españolas. Además, la lluvia, el hielo y la nieve del invierno empeoran las carreteras, y es justo lo que ha pasado por las fuertes lluvias en España en las últimas semanas. Y no solo afecta a la experiencia de conducción, sino que está demostrado que aumenta el riesgo de sufrir una avería o un accidente.
2Los baches pueden provocar más averías

Los neumáticos son los primeros en sufrir el mal estado de la calzada, pero no es el único elemento del coche que paga las consecuencias. Las llantas también lo pasan mal, incluso un golpe con un bache es el equivalente a un bordillazo que puede provocar hasta una abolladura.
También es muy probable que se dañen los amortiguadores y disminuya su vida útil, y esto a la larga influye mucho en los neumáticos. Lo mismo ocurre con los brazos de suspensión y hasta los anclajes del motor, que pueden provocar ruidos metálicos y vibraciones. Prácticamente, cualquier elemento del coche puede sufrir daños al pasar por encima de baches a alta velocidad.
No es la primera vez que un golpe así provoca la rotura del parabrisas delantero o de cualquier otra luna del vehículo. Además, a medida que los conductores pasan por encima de un bache, su estado empeora y perjudica al resto. Incluso la gravilla que se queda en el asfalto salta a otros coches y provoca pequeños golpes o roturas en lunas y parabrisas.