La política española ha vivido un nuevo momento teatral en la Asamblea de Madrid. En medio de un debate cargado de tensión, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, sacó a relucir con ironía el mítico Peugeot 407 en el que Pedro Sánchez, junto a su círculo más cercano, recorrió en su momento España en su llamada ‘pedromaratón’.
La intervención terminó convirtiéndose en una escena que acaparó titulares. Una sarcástica Ayuso disparaba contra el PSOE, aludiendo a las filtraciones que salpican a miembros de la dirección socialista, a quienes bautizó como ‘la banda del Peugeot’. El apodo mezcla burla política con historia automovilística. Porque detrás de su comentario mordaz hay un coche, con kilómetros de historia a sus espaldas, que hoy resurge como metáfora inesperada del poder.
1El coche que lo empezó todo

En 2016, Pedro Sánchez fue apartado de la secretaría general del PSOE. Lo que parecía el final de su carrera política se convirtió en el arranque de una gira improvisada que cambiaría la historia del partido y de España. En un Peugeot 407 azul, de segunda mano, y acompañado por sus tres fieles escuderos —Ábalos, Cerdán y Koldo—, emprendió un viaje por todo el país para reconectar con las bases.
Aquel Peugeot, un modelo con motor HDI y más de 240.000 kms, pasó de ser una simple herramienta de campaña a símbolo de resistencia política. Sánchez reconstruía su liderazgo entre carreteras secundarias y visitas a agrupaciones socialistas que aún creían en él. El viaje a contracorriente se convirtió en una marea de apoyo popular que lo devolvería, meses después, a la cima del PSOE.