¿Tienes cerca a personas que conoces tan bien que sabes lo que están pensando o lo que necesitan con solo mirarles a los ojos? Si llevas varios años con tu coche, seguramente te pase lo mismo y lo conozcas tan bien como a cualquier miembro de tu familia. Y por eso serías capaz de reconocer cualquier comportamiento poco habitual en segundos.
Si no acelera como siempre al dar gas, si te cuesta engranar una marcha más de la cuenta o si el humo del tubo de escape tiene un color raro podríamos pensar que estamos ante un problema mecánico. Normalmente, un primero aviso de una avería más importante si no lo solucionamos a tiempo.
Eso sí, seguramente ya sepas que no todo humo que sale por el tubo de escape indica lo mismo. Con solo saber de qué color es podemos hacernos una idea del problema y de lo que nos va a costar la reparación.
2El humo azul puede ser síntoma de una avería grave
Preocúpate si el humo que sale por el tubo de escape es de color azul. En este caso, y a diferencia del ejemplo anterior, este fallo suele ser sinónimo de una avería bastante grave. Lo que nos indica es que el motor está quemando aceite, ya sea por problemas en el turbo, porque se hayan desgastado los segmentos del pistón o porque los retenes de las válvulas estén defectuosos.
Suele producirse sobre todo en coches antiguos (a partir de 15 años) y normalmente ocurre si se han recorrido muchos kilómetros a altas revoluciones, según indica el RACE. En motores turboalimentados, la avería implica sustituir el turbo, lo que puede oscilar entre 1.000 y 3.000 euros. En coches sin turbo, podría indicar algo peor: que el motor está llegando al final de su vida útil.
Para evitar que ocurra, lo ideal es cambiar el aceite del coche al tiempo o a los kilómetros que indique el fabricante, lo que ocurra antes. También existen unos aditivos que puedes utilizar para evitar que salga humo azul por el tubo de escape, aunque su efectividad dependerá de lo desgastadas que estén las piezas del motor.
