La peatonalización de barrios en Madrid siempre ha sido tema de debate. Mientras algunas zonas reciben con entusiasmo la transformación en espacios más amigables para peatones, otras encuentran en estas reformas un motivo de conflicto y frustración. En San Pol de Mar, la peatonalización que debía mejorar la calidad de vida ha terminado por generar un laberinto de tráfico que tiene a los vecinos en pie de guerra.
El proyecto pretendía dar un giro a la movilidad del barrio. Pero las consecuencias de las obras no han sido todo lo positivas que se esperaba: han generado atascos, retrasos en el transporte público y una movilidad interna cada vez más complicada. Ahora, los residentes del barrio exigen soluciones inmediatas.
2Más coches, menos espacio: el colapso diario

Uno de los principales problemas derivados de la peatonalización es el incremento del tráfico en las calles contiguas. Al eliminar la circulación en ciertos tramos, se ha redirigido a los coches a vías secundarias que no están capacitadas para absorber el aumento de vehículos. Ello ha provocado en la zona un embotellamiento constante, que se traduce en más ruido y contaminación.
Además, la falta de plazas de aparcamiento ha generado un incremento de vehículos estacionados en doble fila. La situación afecta tanto a vecinos como a comerciantes, que ven cómo sus clientes tienen dificultades para acceder a sus negocios. La carga y descarga, así como la subida y bajada de pasajeros, se ha vuelto un auténtico desafío en un barrio que antes no sufría estos problemas.