Imagina que has salido a cenar, disfrutas de una cerveza y decides conducir de vuelta a casa. Al poco tiempo, te encuentras con un control de alcoholemia, soplas en el alcoholímetro y… das negativo. Todo parece estar bajo control, pero, ¿significa esto que no has infringido ninguna norma? No tan rápido.
Aunque hayas dado negativo en un control de alcoholemia, beber alcohol mientras conduces puede conllevar consecuencias legales y sanciones, ya que esta acción está regulada por el Reglamento General de Circulación y por el Código Penal en España.
2¿Por qué se puede multar aunque no supere el límite legal?
El consumo de alcohol, aunque en pequeñas cantidades, afecta la capacidad de conducción . Incluso con una tasa por debajo del límite legal, el conductor puede mostrar signos de fatiga, falta de atención o retraso en los tiempos de reacción . Estos efectos, aunque leves, incrementan el riesgo de accidente y la peligrosidad en la vía. Por este motivo, las autoridades pueden imponer una sanción si consideran que su comportamiento al volante está influenciado por el alcohol.
Además, si eres visto por un agente bebiendo alcohol mientras conduce, te exponen a una multa por conducción temeraria . El artículo 18 del Reglamento General de Circulación estipula que el conductor debe mantener una atención constante en la carretera y evitar realizar actividades que puedan comprometer su seguridad o la de otros. Beber mientras conduce podría considerarse una disminución de la capacidad de control del vehículo , lo que se traduce en sanciones económicas y la retirada de puntos.