Hace solo unos días que saltaba la noticia de que la firma de Crewe dejaría de fabricar su buque insignia, el Bentley Mulsanne. Su baja demanda (en 2019 apenas se vendieron 500 ejemplares en todo el mundo) ha significado el final de la vida de toda una institución en el mundo del automóvil, pues deja de producirse el rival directo del majestuoso Rolls-Royce Phantom.
Para que esa desconexión sea menos dolorosa, la casa británica ha querido rendir homenaje a los trabajadores que se encargan de la fabricación de esta señorial berlina, que se realiza por completo de forma manual y la cual requiere de más de 400 horas de artesanal trabajo.
El último Bentley con el legendario 6.75 V8
Con este Mulsanne desaparece el último Bentley de propulsión posterior (Bentayga, Continental y Flying Spur cuentan con tracción total), así como el último en utilizar el legendario propulsor 6.75 V8, todo un símbolo en la firma de Crewe desde el año 1959.
Y es que las últimas unidades de esta señorial berlina se encuentran actualmente en proceso de fabricación, pero no serán finalizadas hasta que acabe la cuarentena obligatoria por el COVID-19. Cuando acabe, los artesanos encargados del Musanne terminarán los últimos ejemplares de un modelo irrepetible, que según dicen tendrá sucesor… En forma de SUV.