Las bicicletas eléctricas son un medio de transporte más, que contribuye a la movilidad sostenible dentro de las grandes urbes. Hay ciudadanos que directamente poseen una en propiedad y la utilizan con frecuencia, y otros que prefieren alquilarlas. La diferencia principal respecto a los modelos convencionales es que disponen de pedaleo asistido, de manera que se reduce de una manera considerable el esfuerzo.
4Otros aspectos positivos de las bicicletas eléctricas
Como sucede con las bicicletas convencionales, existen eléctricas de montaña, de ruta en carretera, plegables o, incluso, para viajar en tándem. Por ello, antes de tomar ninguna decisión de compra, es importante definir para qué se va a utilizar realmente. No es lo mismo usarla para ir a trabajar entre semana por la gran ciudad que para disfrutar de largos paseos por el campo un sábado; al igual que tampoco lo es tener vocación de hacer deporte de alta intensidad o disfrutar de ella mientras se va contemplando el paisaje. Es decir, hay que escoger aquella que satisfaga las necesidades del usuario.
Entre las principales ventajas de las bicicletas eléctricas, cabe destacar que permiten subir fácilmente terrenos con un gran desnivel, además de fomentar la práctica deportiva en gente que no está acostumbrada al ejercicio entre personas de la tercera edad. Además, pueden permitir mejorar el estilo de vida, ya que posibilita alcanzar un equilibrio entre combinar el ejercicio físico diario con las necesidades de movilidad habituales.