Las bicicletas eléctricas son un medio de transporte más, que contribuye a la movilidad sostenible dentro de las grandes urbes. Hay ciudadanos que directamente poseen una en propiedad y la utilizan con frecuencia, y otros que prefieren alquilarlas. La diferencia principal respecto a los modelos convencionales es que disponen de pedaleo asistido, de manera que se reduce de una manera considerable el esfuerzo.
5Las baterías de las bicicletas eléctricas
Pero ¿Qué tienen estas «superbicicletas» en sus elementos para que las hagan, a parte de sus precios, tan atractivas para los «cacos»?
En los últimos años, son las bicicletas eléctricas las que se han vuelto muy populares entre los habitantes de sus ciudades. A la costumbre habitual se une un poco más de diversión, su practicidad y su precio asequible. Con su auge, se esperaba, lógicamente, que aumentará el número de robos. Pero lo que realmente ha ocurrido es que han sido sus baterías las que se han convertido en objeto de deseo de los cacos.
Un informe reciente de NL Times indica que el hurto de baterías de bicicletas eléctricas en 2022 experimentó un aumento del 300% respecto a 2021. Solo en los Países Bajos, se robaron 4.500 baterías en 2022, frente a las 1.500 reportadas en 2021. Detrás de estos datos hay una actividad ilegal con mucho dinero involucrado. Una sola batería podría tener un valor de más de 500 €. Y una bicicleta eléctrica completa podría revenderse fácilmente por 1.000 €.