Los amantes del mundo Bike, se ven sometidos a la presión del transporte de sus bicicletas, especialmente cuando las rutas elegidas son lejos de su entorno habitual. Descubrir nuevas «pepas»(pendientes extremas), circuitos sinuosos y escarpados, parajes no visitados, en definitiva nuevas experiencias, al margen de las gratificantes novedades, les reporta una presión que soslaya a veces la paranoia, por el hecho de transportar el biciclo. Y es que resulta un dilema, decidir donde y como cargar semejante artilugio, a veces muy caro, excesivamente caro, para que no sufra, lo roben o multen por llevarlo mal.
3Abro el portón y ¡¡¡ zas la tiro dentro !!!
Cargar la bicicleta en el maletero, es sin duda la opción mas simple, rápida y barata. Con un buen habitáculo trasero, a veces es incluso lo mejor. Es como sentirte aventajado contra quien usa los métodos externos de portabilidad, que requieren mas inversión. También evitas así, desmontar parte o toda la bicicleta, ahorrando tiempo en la actividad. Y en cuanto a la comodidad del viaje, evitas ruidos y no restas potencia, por la aerodinámica.
Por otra parte ¿a que quedas expuesto?. La recomendación de la DGT es utilizar los famosos portabicis, siempre homologados y cumpliendo las normas de señalización (balizaV20). Pero, «a falta de pan buenas son tortas » como reza el dicho popular español. Pues que las tortas al menos sean de calidad, digo yo; si transportas la bicicleta en el interior, fíjala e inmovilízala al máximo, evitando su desplazamiento, en particular hacia las posiciones delanteras, cosa que es habitual en la carga ante maniobras bruscas de frenado, en curvas o por alcance a otro vehículo. Evita que distorsione los campos visuales tanto laterales como traseros, incluyendo tu visón desde el retrovisor.