A finales de los años '90, BMW comenzó a desarrollar un deportivo roadster para rendir un bonito homenaje al legendario BMW 507, toda una obra de arte de la que sólo fabricaron 252 unidades y que a día de hoy alcanza precios desorbitados en las subastas más importantes de todo el mundo.
Con el motor de un BMW M5
A comienzos del año 2000 lanza este impresionante BMW Z8, un roadster de aspecto clásico, capota de lona y diseñado por las manos de Henrik Fisker, que estaba impulsado por el propulsor 4.9 V8 de 400 CV que utilizaban los BMW M5 de la generación E39. Todos ellos contaban con un cambio manual de 6 velocidades.
De esta maravilla se fabricaron 5.703 unidades, de los que 2.543 ejemplares fueron enviados a Estados Unidos.
Adquirido por Steve Jobs
El cofundador de la compañía Apple, Steve Jobs, puso sus ojos en esta máquina, que finalmente encargó en color Titanium Silver. Entre las opciones elegidas se encontraba el techo rígido con su soporte para colocarlo cuando no se usaba, además de un teléfono Motorola Startac que según apuntan, lo era precisamente lo que más le gustaba al propio Steve Jobs. Pero también hay que decir que lo adquirió siete años antes de que se lanzara al mercado el primer iPhone. Entonces la cosa hubiera cambiado.
Este ejemplar, concretamente el número 67 de los que llegaron a Estados Unidos, fue fabricado en abril del año 2000, pero a Steve Jobs se lo entregan el 6 de octubre de ese mismo año.
No era muy amante de los coches y para permanecer en el anonimato, cambiaba constántemente de vehículo, pero este BMW Z8 era especial. Tanto que lo registró a su nombre y su placa de California no daba lugar a la duda: JOBS Z8.
En el año 2003 se deshace de él y ahora saldrá a subasta por los especialistas de RM Sotheby's, quienes le buscarán un nuevo hogar el próximo 6 de diciembre en Nueva York. Tan sólo tiene 15.199 millas (unos 24.465 kilómetros) y según apuntan, su precio oscilará entre los 300.000 y los 400.000 dólares. Para que te hagas una idea: entre 260.000 y 345.000 euros.