Los chicos de Molsheim quisieron agasajar a sus clientes más inconformistas y lanzaron la versión Super Sport de su exclusivo Bugatti Veyron. Aquella máquina contaba con el mismo corazón 8.0 W16 y cuatro turbos del resto, pero su potencia pasaba de 1.001 a 1.200 CV, del mismo modo que presumía de tener un par motor de 1.500 Nm.
Bugatti se vio obligada a modificar las tomas de refrigeración delanteras, de igual forma que estos Super Sport añadían una cubierta para el propulsor específica con nuevos conductos NACA. El resultado fue el Bugatti más rápido de la historia, pues por el momento no se han animado a ver de lo que es capaz su nuevo Bugatti Chiron. Y es que esta criatura ostentó durante siete años (se lo quitó el Koenigsegg Agera RS) el récord del coche más rápido del mundo con una velocidad punta de 431 km/h.
Se subasta el mes que viene
Pues curiosamente el último Bugatti Veyron Super Sport que salió del atelier de Molsheim será subastado el próximo mes en el Festival de la Velocidad de Goodwood y los especialistas de Bonhams esperan que su precio se acerque peligrosamente a los tres millones de euros.
Esta unidad tan especial no sólo es el último de la serie como reza una placa creada para la ocasión con el lema 'THE LAST SUPER SPORT', sino que su dueño, el único hasta el día de hoy, lo encargó en este extraño color negro mate. El único toque de color lo ponen las pinzas de freno que van en rojo haciendo juego con el tapizado en cuero de su habitáculo.
Esta máquina sólo ha recorrido 550 kilómetros y si tienes suelto, te podrás hacer con él.