La retroingeniería, o ingeniería inversa, es una práctica extendida en la industria automotriz, especialmente entre los fabricantes asiáticos. Consiste en desarmar un producto de la competencia, como BYD, para analizar a fondo sus componentes y encontrar sus secretos tecnológicos. En este proceso, los ingenieros pueden descubrir innovaciones estructurales y de software para aplicar en sus propios vehículos, una estrategia que ha probado ser exitosa para mejorar rápidamente la tecnología automotriz de cada fabricante.
Además de Japón y Corea, Europa también recurre a esta estrategia, aunque en sus propios términos. Las marcas europeas suelen comprar los vehículos que desean estudiar y los analizan en la privacidad de sus propios laboratorios, en lugar de hacer una observación directa en exposiciones de la competencia. Este proceso de desarme y análisis es la base para innovaciones constantes y una mejora competitiva global.
3La sorprendente tecnología “blade” de baterías
Uno de los aspectos más destacados en el análisis fue la batería Blade de BYD, una tecnología desarrollada en su totalidad por la marca. Esta batería optimiza el espacio colocando los módulos en posición vertical, lo que no solo ahorra espacio, sino que además aporta rigidez estructural al vehículo. Este diseño innovador permite que el Atto 3 ofrezca una mayor autonomía sin aumentar el tamaño del vehículo ni el peso de la batería.
La tecnología Blade de BYD también es altamente segura, un aspecto que resuena fuertemente en la industria de los coches eléctricos, donde el rendimiento y la seguridad de las baterías son clave. La capacidad de BYD para fabricar baterías propias y con tecnologías innovadoras ha sido un factor que ha dejado a los analistas japoneses impresionados, y también ha servido como un recordatorio de la independencia tecnológica que otros países podrían desarrollar.