En un movimiento innovador que podría marcar un antes y un después en el sector del transporte urbano, Cabify ha lanzado una iniciativa que va más allá de ofrecer simples desplazamientos. La empresa ha comenzado a equipar algunos de sus vehículos con desfibriladores externos automáticos (DEA), dispositivos capaces de salvar vidas en situaciones críticas.
Esta medida no solo refuerza el compromiso de Cabify con la seguridad de sus pasajeros, sino que también cumple otra función más que importante, como es posicionar a la compañía como pionera en la integración de soluciones médicas en el ámbito de la movilidad urbana.
3Formación de conductores: clave en la cadena de supervivencia
Equipar los vehículos con desfibriladores es solo una parte de la solución; la capacitación de los conductores es igualmente esencial. Por ello, Cabify ha invertido en la formación de su personal, asegurando que al menos diez conductores estén preparados para reconocer una parada cardiorrespiratoria y actuar de manera efectiva.
Esta formación abarca desde la identificación de síntomas hasta la aplicación de maniobras de RCP y el uso correcto del desfibrilador. Al dotar a los conductores de estas habilidades, se fortalece la cadena de supervivencia y se aumenta la probabilidad de resultados positivos en situaciones críticas.