Conocida sobre todo por su uso en los aviones, la caja negra llegará a todos los coches nuevos que se matriculen a partir de julio de este año. Este dispositivo (EDR – Event Data Recorder, por sus siglas en inglés) forma parte de los sistemas avanzados de ayuda a la conducción ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), que la normativa europea establece como obligatorios en los nuevos vehículos.
La caja negra graba la información del coche en caso de accidente, registrando los 30 segundos previos al siniestro así como los 5 segundos posteriores y ya es obligatoria en todos los coches homologados desde 2022, aunque a los de nueva matriculación llegará este verano.
Así, si estrenamos coche a mediados de este año, estará equipado con esta caja negra, que ayudará en materia de seguridad vial en el esclarecimiento de los accidentes de tráfico al almacenar datos relativos a más de 15 variables: la velocidad, la frenada, la posición e inclinación del coche en la carretera, las revoluciones del motor, la fuerza del impacto frontal y lateral, la posición del acelerador, el día y la hora…
Además, la caja negra también grabará la respuesta de los sistemas de seguridad que integra el vehículo como los airbags, los cinturones, etc. Y analizará también si al producirse el accidente se ha activado el sistema de llamadas de emergencia eCall, que ya es obligatorio desde 2018.
Dónde está situada la caja negra y cómo recopila los datos
La caja negra se integra en la unidad de control del airbag y no se puede desconectar. Habitualmente está situada bajo el asiento del conductor y se activa de forma automática cuando se despliegan los airbags del coche en caso de accidente y los pretensores del cinturón de seguridad. No recopila imágenes de audio o vídeo, solo datos del vehículo.
La información recopilada por la caja negra es anónima y no sirve para determinar la culpabilidad en un accidente ni para poner cara al automovilista, de modo que no se registra ninguna información que pueda revelar la identidad del propietario del vehículo, ya que el objetivo de este dispositivo es servir para el análisis del accidente, de forma que se pueda evitar otro de similares características y se puedan evaluar las medidas necesarias para que no se produzcan siniestros del mismo tipo.
Igual que en el caso de los aviones, los datos recopilados en la caja negra se ponen a disposición de los investigadores de Tráfico para que estos puedan reconstruir el siniestro con mayor fiabilidad.
La instalación de la caja negra es uno de los sistemas ADAS que todos los coches nuevos deben incorporar de forma obligatoria, entre los que se incluyen también el Detector de somnolencia (DDR), el Asistente de velocidad inteligente (ISA), la Alerta de tráfico cruzado (RCTA), la Alerta de cambio involuntario de carril (LDW), el Sistema de frenado de emergencia (ESS) y el Inhibidor de arranque con alcoholímetro y la Alerta de uso del cinturón en todas las plazas.
