En verano, por efecto del sol, en el coche se pueden alcanzar temperaturas que llegan a superar los 60 grados, dependiendo de los materiales. No sólo se calienta el volante o la palanca de cambios, hay muchas partes del vehículo que también pueden verse afectadas por las altas temperaturas y que pueden interferir directamente sobre la seguridad.
Norauto, la cadena de mantenimiento integral del automóvil, enumera qué partes del coche son las que más sufren con el calor y cómo se pueden minimizar sus consecuencias.
1Líquidos de sistemas y neumáticos del coche en riesgo
De forma especial los líquidos de los sistemas cuando las temperaturas son muy altas se pueden evaporar. Se debe comprobar con frecuencia el líquido refrigerante o anticongelante, que es muy importante para evitar un calentón de motor. El sistema de refrigeración debe funcionar correctamente para que no se produzca una avería grave provocada por las altas temperaturas. También hay que revisar el líquido de frenos y el aceite.
A pesar de que los neumáticos están preparados para soportar altas temperaturas, esto no evita que también se vean afectados en mayor o menor medida, ya que la temperatura del asfalto suele ser superior a los grados que hay en el ambiente. Con el calor aumentan las posibilidades de reventones y pinchazos, y se puede producir un desgaste prematuro.
Por ello, se recomienda revisar la presión de los neumáticos y su estado, es decir, que no estén desgastados y que no tengan bultos, cortes o malformaciones. Es importante también comprobar la rueda de repuesto en caso de que el vehículo cuente con ella.