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Los cambios que han llegado a los parquímetros de Madrid para tocarte el bolsillo

Madrid ha introducido un nuevo capítulo en su historia con el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER): ahora las motocicletas particulares son el centro de atención. Desde el 4 de noviembre, estas deberán cumplir con las normativas de estacionamiento en las zonas reguladas, y las multas ya han comenzado a ser aplicadas. Este cambio, que anteriormente solo afectaba a vehículos de alquiler, ha generado un considerable descontento entre conductores y sindicatos, quienes exigen una mejor comunicación para evitar conflictos entre usuarios y controladores del SER.

La Unión Social Obrera de Madrid (USO-Madrid) advierte que muchos motociclistas desconocen la normativa. En respuesta, el sindicato ha solicitado al Ayuntamiento un período de aviso antes de imponer sanciones y una campaña informativa más extensa para minimizar enfrentamientos y frustraciones.

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La expansión del SER: Barrios bajo el microscopio

La ampliación del SER no se limita a las motos. En los últimos meses, se han incorporado nuevos barrios al sistema, entre ellas zonas de Puente de Vallecas y Usera, como respuesta al fenómeno conocido como «Efecto Frontera». Esto ocurre cuando residentes de otras áreas utilizan estas calles como estacionamientos disuasorios, dejando a los vecinos sin espacio para estacionar.

En el distrito de Usera, barrios como Moscardó, Almendrales y Pradolongo han añadido casi 7.000 plazas de pago en los últimos meses. Este modelo de consulta vecinal —ya implementado en otros puntos de la ciudad— busca equilibrar la demanda de estacionamiento y mejorar la movilidad local. Sin embargo, no está exento de críticas por parte de residentes que consideran excesivo el costo anual, especialmente cuando se aplica sin consenso general.

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