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Solamente cargó su Tesla con los supercargadores y el resultado lo sorprendió

La recarga de los Tesla siempre ha sido un tema central en el debate sobre su adopción. Mientras los expertos recomiendan evitar el abuso de las cargas rápidas por el posible impacto en la degradación de la batería, un propietario de un Model 3 Performance decidió desafiar esta regla no escrita, y los resultados han generado un intenso debate en la comunidad de usuarios.

Lawrence, propietario de este coche eléctrico desde septiembre de 2018, decidió utilizar exclusivamente los supercargadores de Elon Musk para recargar su vehículo. Durante cinco años y un recorrido de 250.000 kilómetros, este estadounidense puso a prueba la durabilidad de las baterías sometiéndolas únicamente a este tipo de carga rápida, a menudo considerada menos amigable para su salud a largo plazo.

¿Cuál fue el resultado de solamente cargar el Tesla con los supercagadores?

El resultado fue sorprendente: la batería de su Tesla mostró una degradación del 11%, un dato que él considera normal incluso si hubiera optado por cargas más lentas. “La gente dice que la supercarga es mala o peor para la batería”, comentó en una entrevista con el canal de YouTube Tesla Joy. “Pero parece que no hay mucha diferencia, tal vez un uno o dos por ciento más de lo habitual”.

El caso de Lawrence pone en entredicho la creencia de que la carga rápida acelera significativamente la degradación de las baterías. Aunque es cierto que las cargas lentas son más recomendables para el día a día, los datos aportados por este experimento sugieren que el impacto de los supercargadores podría ser menor al imaginado, especialmente en modelos como el Model 3, cuya batería está diseñada para soportar un uso intensivo.

Bajos costos de mantenimiento para el Tesla

Bajos costos de mantenimiento para el Tesla

Otro aspecto que llamó la atención es el gasto en mantenimiento del Tesla Model 3. Hasta los 233.000 kilómetros, Lawrence no tuvo que realizar reparaciones significativas. Solo después de superar esa cifra reemplazó el cable de carga, la batería auxiliar de 12 voltios y los brazos de control superiores. En total, sus gastos en mantenimiento sumaron apenas 1.000 dólares, una cifra notablemente inferior en comparación con lo que podría costar el mantenimiento de un vehículo de combustión interna con un kilometraje similar.

El caso de Lawrence refuerza el argumento de que los vehículos eléctricos pueden ser opciones económicas y duraderas a largo plazo. Si bien su experiencia no descarta completamente los riesgos de abuso de los supercargadores, sugiere que los sistemas de gestión de baterías de Tesla están preparados para minimizar el impacto de este tipo de recarga.