En la mayoría de las carreteras del mundo, los conductores están acostumbrados a prestar atención a los límites de velocidad máxima. Sin embargo, en algunas vías específicas, la situación se invierte, y pueden enfrentar multas por no alcanzar una velocidad mínima. Este es el caso de una carretera particular en los Emiratos Árabes Unidos, donde la sanción no solo se aplica por exceder la velocidad, sino también por no mantener un ritmo suficientemente alto.
Esta sorprendente normativa se aplica en la Sheikh Mohammed bin Rashed Espressway, una carretera de alta velocidad que conecta Abu Dhabi y Dubái. Allí la ley de tránsito es radicalmente distinta a la que conocemos en España: los vehículos deben mantener una velocidad constante de entre 120 y 140 km/h, y cualquier desviación por debajo o por encima de este rango resulta en una multa.
¿Cómo es la carretera donde el mínimo es 120 km/h?
Este tramo específico de la Sheikh Mohammed bin Rashed Espressway, que tiene unos 62 kilómetros de largo, es una de las pocas carreteras en el mundo que establece un margen tan estrecho para la velocidad permitida. Es decir, no solo se penaliza a los conductores que exceden los 140 km/h, sino también a aquellos que circulan por debajo de los 120 km/h. La multa por no mantener esta velocidad mínima es de aproximadamente 400 dirhams, equivalente a unos 100 euros.
Por otro lado, las sanciones por superar el límite de velocidad pueden variar entre 300 dirhams (75 euros) y 3.000 dirhams (735 euros), dependiendo de la gravedad de la infracción. La razón detrás de esta estricta normativa se debe, en parte, al diseño de la carretera y a las características de la región. Tiene cuatro carriles en cada sentido, está diseñada para facilitar un tráfico fluido y constante entre las dos ciudades más grandes de los Emiratos Árabes Unidos. Las autoridades han implementado este rango de velocidad para evitar que los conductores circulen demasiado lento.
Emiratos Árabes Unidos: un país que apunta a la alta velocidad
La normativa también refleja un enfoque cultural y social diferente hacia la conducción. En los Emiratos Árabes Unidos, la posesión de vehículos de alto rendimiento es un símbolo de estatus, y el acto de conducir a alta velocidad, dentro de los límites legales, se percibe como una parte natural del estilo de vida. La exigencia de mantener una velocidad mínima de 120 km/h en este tramo de carretera refuerza esta mentalidad y asegura que los vehículos utilicen la infraestructura según las especificaciones para las que fue diseñada.
Este enfoque contrastante puede resultar sorprendente para los conductores de otros países, como en España, donde las velocidades más bajas generalmente se asocian con precaución y seguridad. Sin embargo, allí circular a una velocidad inferior al límite mínimo puede considerarse peligroso, dado que otros conductores esperan mantener un ritmo constante y rápido. Este modelo de tráfico refleja un estilo de conducción único en una región donde la velocidad y la eficiencia son claves.