Las matrículas de los vehículos son un elemento esencial para la identificación de los mismos, pero también tienen implicaciones estéticas, históricas y hasta económicas. En España, la Dirección General de Tráfico (DGT) regula su asignación, y el sistema actual, implementado en el año 2000, ha sido un pilar de uniformidad y practicidad en las carreteras nacionales y europeas. Sin embargo, las matrículas están por experimentar un cambio significativo que marcará un hito en su evolución.
El sistema actual en España es alfanumérico, compuesto por 4 números seguidos de tres letras. Este diseño permite más de 70 millones de combinaciones, de las cuales aproximadamente 30 millones ya se han utilizado. Este modelo buscaba armonizar las matrículas españolas con las de otros países de la UE, facilitando así el comercio y la movilidad comunitaria. Además, este sistema reemplazó al modelo anterior, que incluía las letras de las provincias, eliminando así referencias geográficas. Se estima que el formato vigente podría durar hasta el 2050, pero el ritmo actual de asignación de matrículas sugiere que los cambios en las letras pasan con cierta regularidad.
2¿Por qué no hay vocales ni ciertas letras en las matrículas?
Un detalle curioso del sistema de matrículas español es la ausencia de vocales y algunas consonantes específicas, como la ‘CH’, ‘LL’, ‘Ñ’, ‘Q’ y ‘O’. Esta elección tiene motivos tanto prácticos como culturales. Por un lado, evita la formación de palabras malsonantes o polémicas, como ‘ANO’, ‘PIS’ o ‘ETA’. También se eliminan combinaciones que podrían incluir nombres propios, como ‘ANA’ o ‘PAZ’, manteniendo un carácter neutral en las placas.
Por otro lado, las consonantes omitidas presentan problemas de confusión. Por ejemplo, la ‘Q’ puede parecerse a la ‘O’ o al número cero, mientras que la ‘Ñ’ podría ser confundida con la ‘N’. Este enfoque cuidadoso garantiza que las matrículas sean fáciles de leer y reconocer, incluso en condiciones de visibilidad adversa.