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El ‘casi’ Lamborghini Diablo en el que John Cena invirtió 500.000 dólares se ha vendido por calderilla

‘Se ha convertido en mi peor pesadilla financiera’. Son las palabras del luchador profesional y actor John Cena al referirse a este particular Lamborghini Diablo VT Roadster, que en realidad tiene muy poco de Diablo original. Básicamente porque se trata de una réplica que ha estado en su poder a lo largo de los últimos 22 años y de la que ha decidido desprenderse por una cifra irrisoria. Sobre todo si lo comparamos con la fortuna que lleva invertida en esta criatura que en alguna ocasión se refirió como ‘el Diablo perfecto’.

Cena se compró esta sensacional réplica del Lamborghini Diablo VT Roadster en el año 2002. Lo hizo directamente a una empresa canadiense llamada Saskatoon, quien se encargo de fabricarlo de manera íntegra sobre la base de un chasis confeccionado para la ocasión. Sin embargo, Cena jamás estuvo contento del todo con el proyecto, de manera que a lo largo de toda su historia ha ido pasando por manos de diferentes talleres para darle su toque particular.

Parece un Lamborghini Diablo VT Roadster… pero no lo es

2002 Lamborghini Diablo VT Roadster. Réplica. BaT. Imagen trasera.

Tanto es así que en todo este tiempo se ha ido refinando y perfeccionando a todos los niveles, pero sin llegar a tener el encanto de un Lamborghini Diablo VT Roadster original. Todo ello a pesar de que su carrocería fabricada en fibra de vidrio guarda un parecido más que razonable con uno creado por la compañía de Sant’Agata Bolognese. Pindada en un color azul oscuro original, se sustenta sobre unas llantas también originales, que tienen 18 pulgadas y que se calzan con neumáticos 235/35 R18 delante y 335/30 R18 detrás.

Como la inmensa mayoría de las réplicas de superdeportivos, este Lamborghini Diablo VT Roadster no es excepción. Y se puede considerar un auténtico ‘Frankenstein’ por el popurrí de piezas de otros coches que se han utilizado para su construcción. Muestra de ello es que la dirección proviene de un Chevrolet Camaro, el equipo de frenos de un Corvette de quinta generación, y su motor… Lo cierto es que este componente vital daría para escribir un libro.

Esta réplica tiene un motor V12… que viene de un BMW 750iL

2002 Lamborghini Diablo VT Roadster. Réplica. BaT. Imagen motor.

Y es que en posición central, este Lamborghini Diablo VT Roadster ‘de palo’ no esconde su mítico corazón 5.7 V12 atmosférico, de igual manera que tampoco cuenta con tracción a las cuatro ruedas, seña de identidad de todos los Diablo VT. Para animar a esta criatura, los chicos de Saskatoon se decantaron por un motor V12 atmosférico, pero muy diferente al original, porque utilizaron un 5.0 V12 proveniente de un BMW 750iL del año 1988. Un bloque que aún con mejoras en su electrónica y con un sistema de escape artesanal, no genera los 500 CV y los 583 Nm del motor original de los chicos de Sant’Agata Bolognese.

Otro detalle particular de esta criatura es que está acompañado de un cambio manual de 5 velocidades, como el original, pero firmado por Porsche. Además, desde que fuera puesto a punto por última vez, tan solo se han recorrido 43 millas (69 kilómetros). De ahí que se indique que el vehículo se encuentra en buenas condiciones de funcionamiento.

En hacerse este Lamborghini Diablo se han gastado unos 500.000 dólares

2002 Lamborghini Diablo VT Roadster. Réplica. BaT. Imagen interior.

Además de parecerse a un Lamborghini Diablo VT Roadster por fuera, también se parece por dentro. Y es que los chicos de Saskatoon se esforzaron para construir un salpicadero casi calcado al original, adornado por unos inconfundibles relojes analógicos y acompañados por un volante y unos asientos semejantes y que parecen encontrarse, como el resto del vehículo, en un extraordinario estado de conservación.

Del que disfrutará su nuevo propietario. Porque este ‘casi’ Lamborghini Diablo VT Roadster ha encontrado un hogar gracias a la página de subastas Bring A Trailer, donde alguien ha pagado tan ‘solo’ 146.000 dólares, lo que vienen a ser unos 133.140 euros al cambio actual, para llevárselo a casa. Sin duda alguna, calderilla si se compara con los 500.000 dólares (más de 450.000 euros) que Cena parece ser que invirtió en mejorar esta réplica. De ahí la frase del comienzo, porque con ese dinero podría haberse permitido el lujo de adquirir uno ‘pata negra’.