En un caso que ha tardado más de una década en resolverse, la Cassazione italiana, equivalente al Tribunal Supremo, ha dictado sentencia en una disputa originada en 2008 entre un mecánico y el propietario de un Ferrari. El incidente ocurrió cuando el mecánico, encargado de trasladar el vehículo desde Roma hasta Frosinone, sufrió un accidente que dejó al icónico automóvil como siniestro total.
El propietario del Ferrari había confiado su valioso coche al mecánico para que lo transportara con el fin de venderlo. Sin embargo, durante el trayecto, el mecánico perdió el control del vehículo, aparentemente debido a un exceso de velocidad. Lo que debió ser un sencillo trámite de compraventa se transformó en una costosa tragedia automovilística. Este Ferrari, símbolo del lujo y la ingeniería italiana, terminó destruido, abriendo paso a una larga batalla legal sobre quién debía asumir los daños.
El reclamo del propietario del Ferrari al mecánico
El propietario, argumentando que el mecánico era el único responsable del accidente, reclamó la totalidad de los costos. Sin embargo, el tribunal provincial encargado del caso inicialmente consideró que la responsabilidad no recaía únicamente en el conductor. La decisión fue recurrida por el dueño del coche, quien insistía en que el Ferrari estaba en perfecto estado y que la culpa era completamente del mecánico. A pesar de los argumentos presentados, la Cassazione confirmó la primera sentencia y atribuyó la responsabilidad al 50% para ambas partes.
Según el fallo del tribunal, el propietario del Ferrari también fue considerado corresponsable del accidente. La razón principal radica en que no había cumplido con las revisiones y el mantenimiento obligatorios del vehículo, una negligencia que, según los jueces, contribuyó directamente al siniestro. Permitir que el coche circulara en esas condiciones fue interpretado como un acto de imprudencia que comparte peso en las consecuencias del accidente.
El costo a pagar por el mecánico luego del fallo del Tribunal
La resolución del caso es un recordatorio de las costosas implicaciones legales y financieras que pueden surgir en situaciones de este tipo. Reparar un Ferrari no es tarea sencilla ni barata; una sola pieza de su carrocería puede costar más de 30.000 euros. Con la decisión de la Cassazione, tanto el propietario como el mecánico tendrán que asumir por partes iguales los gastos derivados del incidente. Este fallo subraya la importancia de mantener en perfectas condiciones los vehículos, especialmente aquellos de alto valor, y de tomar precauciones al cederlos a terceros.
Aunque el caso finalmente ha sido cerrado, deja una lección clara: la responsabilidad en accidentes de este tipo no siempre es unilateral. La combinación de negligencia mecánica y la falta de mantenimiento puede ser un coctel fatal tanto para los vehículos como para los bolsillos de quienes los poseen o conducen. Así, este Ferrari, que alguna vez representó el pináculo del diseño automovilístico, se ha convertido en un costoso recordatorio de las consecuencias de descuidar los detalles.