El catalizador, obligatorio para todos los fabricantes y vehículos desde los años 90, es una pieza fundamental en el reciclaje de los gases de combustión, para minimizar la contaminación de la atmosfera. Situado en el tendido sistema de expulsión de gases, en muchas ocasiones queda expuesto con demasiada facilidad de acceso. ¿Qué tiene este componente metálico, de apariencia singular, que lo hace tan caro?.
1Una reacción química que puede salir muy cara
La estructura de un catalizador es relativamente básica. Incluso de manera experimental y por curiosidad podrías fabricar uno casero.
Por catalizador se entiende una sustancia o elemento, tanto simple como compuesto, que juega un rol acelerador en una reacción química determinada, acortando los tiempos en que ocurre pero sin alterar en absoluto su estructura y sin perder tampoco su propia masa en el proceso (cosa que sí ocurre en los reactivos).
A dicho proceso de aceleración de una reacción química se le denomina «catálisis». Y a los elementos o sustancias que inhiben la catálisis, se los conoce como inhibidores. Muchas reacciones químicas necesitan un catalizador adecuado dependiendo de si se quiere aumentar o disminuir la velocidad a la que ocurren. En este sentido, la catálisis puede ser positiva (aumenta la velocidad de la reacción) o negativa (disminuye la velocidad de la reacción).