Dentro de los automatismos de todo conductor, el de cambiar de marchas es uno de los más comunes, pero también relevantes para la conducción, al contrario de lo que pueda parecer. Es tan automático ya para nosotros que no somos conscientes de lo que podemos ganar o perder con un mal cambio de marcha.
Acelerar demasiado cuando soltamos el pedal del embrague, cambiar sin pisar a fondo el pedal provocando que las marchas rasquen… Son fallos más que evidentes y todos sabemos que están mal. Los podemos sentir, escuchar, notar… pero al margen de todo lo perceptible, existen malas costumbres que son muy perjudiciales para la caja de cambios y el embrague y que a veces desarrollamos por pura ignorancia.
4No poner punto muerto cuando paras
Del manual del mal conductor. Muchas personas dejan la primera marcha engranada, dispuestos a aguardar la luz verde del semáforo con el embrague pisado a fondo. Mejor no lo hagas nunca más porque esto somete a mucho desgaste al mecanismo de accionamiento del embrague. Pero es que, además, conlleva otros peligros…
Imagina que, desgraciadamente, te dan un golpe por detrás. Instintivamente vas a soltar el pedal del embrague, haciendo que el coche se ponga en movimiento, con el riesgo que ello supone. ¿A que no lo habías pensado? También una circunstancia tan fortuita como un calambre o simplemente que se nos resbale el pie puede provocar una situación más que peligrosa. Lo correcto siempre va a ser poner punto muerto y soltar el pedal del embrague en las detenciones.