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Si has circulado por una carretera con sal, esto es lo que tienes que hacer inmediatamente después

Cuando llega el invierno, las carreteras se convierten en un campo minado para los conductores. No solo por el hielo y la nieve, que dificultan la conducción, sino también por un enemigo silencioso que muchos pasan por alto: la sal. Esa fina capa que los servicios de mantenimiento esparcen para evitar la formación de hielo puede convertirse en una amenaza para la salud de tu coche. ¿Has circulado por una carretera salada? Entonces sigue los consejos que te damos a continuación. Protegerás tu vehículo de daños a largo plazo.

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El impacto en los frenos y otros componentes mecánicos

Fuente propia

La sal no solo ataca la carrocería; también puede afectar componentes críticos como el sistema de frenado. Los discos y pastillas de freno están expuestos a la sal, que puede provocar oxidación y un funcionamiento anómalo. Ello se traduce en vibraciones al frenar, ruidos extraños, endurecimiento del pedal e incluso desviaciones en la dirección del coche durante las frenadas.

Otros sistemas expuestos son la suspensión y las líneas de combustible, que también pueden sufrir corrosión si no se toman las medidas preventivas adecuadas. En casos extremos, la acumulación de sal puede afectar los sensores electrónicos, generando fallos en sistemas de asistencia como el ABS o el control de tracción.