Cuando llega el invierno, las carreteras se convierten en un campo minado para los conductores. No solo por el hielo y la nieve, que dificultan la conducción, sino también por un enemigo silencioso que muchos pasan por alto: la sal. Esa fina capa que los servicios de mantenimiento esparcen para evitar la formación de hielo puede convertirse en una amenaza para la salud de tu coche. ¿Has circulado por una carretera salada? Entonces sigue los consejos que te damos a continuación. Protegerás tu vehículo de daños a largo plazo.
3La importancia de una limpieza inmediata
Si has circulado por una carretera tratada con sal, lo primero que debes hacer es lavar tu coche lo antes posible. No basta con un simple enjuague: utiliza agua a presión para eliminar los restos de sal incrustados en los bajos y las zonas más difíciles de alcanzar. Presta especial atención a los pasos de rueda, el chasis y las uniones de la carrocería.
Un lavado adecuado no solo elimina la sal visible; también previene la acumulación de pequeños cristales que pueden quedar adheridos y empezar el proceso de corrosión. En lo posible, opta por un lavado en un centro especializado que ofrezca limpieza de bajos y tratamientos anticorrosivos.
