Cuando llega el invierno, las carreteras se convierten en un campo minado para los conductores. No solo por el hielo y la nieve, que dificultan la conducción, sino también por un enemigo silencioso que muchos pasan por alto: la sal. Esa fina capa que los servicios de mantenimiento esparcen para evitar la formación de hielo puede convertirse en una amenaza para la salud de tu coche. ¿Has circulado por una carretera salada? Entonces sigue los consejos que te damos a continuación. Protegerás tu vehículo de daños a largo plazo.
4Protección adicional: ceras y tratamientos preventivos
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Además de la limpieza regular, aplicar productos protectores puede ser de mucha ayuda. Las ceras protectoras crean una barrera entre la pintura del coche y los agentes externos, como la sal y la humedad. Estas ceras no solo mantienen el brillo de la carrocería, sino que también ayudan a prevenir el deterioro de la pintura y la aparición de óxido.
En el caso de los bajos del coche, hay tratamientos específicos anticorrosión que crean una capa protectora sobre las partes metálicas. Aplicar estos productos antes de la temporada de frío puede ser una inversión inteligente que prolongue la vida útil de tu vehículo.