Cuando llega el invierno, las carreteras se convierten en un campo minado para los conductores. No solo por el hielo y la nieve, que dificultan la conducción, sino también por un enemigo silencioso que muchos pasan por alto: la sal. Esa fina capa que los servicios de mantenimiento esparcen para evitar la formación de hielo puede convertirse en una amenaza para la salud de tu coche. ¿Has circulado por una carretera salada? Entonces sigue los consejos que te damos a continuación. Protegerás tu vehículo de daños a largo plazo.
5Revisiones periódicas: detecta problemas a tiempo

No subestimes el poder de una revisión periódica. Tras circular por carreteras con sal, es recomendable llevar el coche al taller para una inspección detallada. Un profesional podrá detectar signos tempranos de corrosión en lugares difíciles de ver, como el sistema de escape o las líneas de freno.
Además, revisar el sistema de frenos y la suspensión puede evitar sorpresas desagradables en la conducción diaria. La detección temprana de estos problemas no solo ahorra dinero en reparaciones costosas, sino que también garantiza tu seguridad en la carretera.