Posiblemente hay un antes y un después en la historia moderna de los utilitarios. Y esa inflexión, probablemente, la marca el Citroën AX, un modelo que cumple ahora 30 años y que revolucionó la manera de desarrollar estos modelos. Porque el AX era un vehículo rompedor en muchos aspectos. Un coche original, ligero y sencillo al máximo, que ofrecía una habitabilidad interior sobresaliente, un consumo mínimo y unos costes de mantenimiento muy ajustados. En definitiva, trataba de replicar el esquema que había convertido al 2CV en todo un mito. Y la prueba se puede considerar todo un éxito, pues del AX se vendieron nada menos que 2,4 millones de unidades.
El AX combinaba unas características lógicas -buscaba ser una alternativa, por consumo, a un mundo que aún vivía las consecuencias de la crisis del petróleo de 1979- con un espíritu desenfadado y juvenil. Unos rasgos que el AX llevó también a sus sucesores, primero el Saxo y después el C3, cuya nueva generación es un ejemplo de esto.
Para dar respuesta a ese carácter lógico, el AX ofrecía unos rasgos sorprendentes, como una aerodinámica de récord (Cx de 0,31) o un peso sorprendente (entre 640 y 695 kilos), con lo que se conseguía un consumo bajísimo, pero también unas prestaciones y un comportamiento dinámico que lo convertían en referencia entre los utilitarios gracias a unos motores con potencias entre 45 y 65 caballos.
Un interior muy habitable
También ofrecía un habitáculo muy aprovechable, con una gran sencillez en los diseños y los materiales, y una habitabilidad más que correcta, con un maletero de 273 litros que era una cifra muy a tener en cuenta en una carrocería de solo 3,5 metros de longitud. Para ofrecer las mejores prestaciones, el AX estrenó las nuevas mecánicas de gasolina TU de 4 cilindros que marcaron toda una época en la marca francesa por su fiabilidad y prestaciones. Incluso, el AX, con su sencillez, no perdió la oportunidad de apostar por la tecnología y de él se vendió una variante de propulsión eléctrica, con baterías de níquel-cadmio, en 1993.
Y el AX también fue un auténtico símbolo en la competición. Solo un año después de su lanzamiento se puso en el mercado la versión AX Sport, que combinaba la ligereza de una carrocería de solo 720 kilos con un motor de 95 caballos, gracias a lo cual alcanzaba, nada menos que 186 km/h de velocidad máxima. Y con esa base, Citroën lanzó un campeonato de promoción en varios países europeos, la Copa AX, en la que dieron sus primeros pasos célebres pilotos.
Además, del espíritu deportivo, el Citroën AX marcó un estilo aventurero. Desde su lanzamiento, con la imagen del niño chino haciendo el signo de la victoria bajo el eslogan ¡Genial! el nuevo AX demostró que le gustaba explorar todos los territorios imaginables. Por ello, fue uno de los artífices de la apertura de China hacia el exterior. En 1988 140 jóvenes participaran en la conocida como Operación Dragón al volante de un AX, en la que recorrieron 4.500 kilometros por tierras chinas, pasando por lugares por los que hasta entonces ningún occidental había sido autorizado a circular.
Más de 800.000 fabricados en Vigo
La historia del Citroën AX ha tenido, además una gran relación con nuestro país, pues de los 2,4 millones de unidades producidas, 812.951 se fabricaron en Vigo. Y además, graciasa al AX, la marca francesa pasó de una cuota de mercado del 5,2 por ciento en 1986 al 7,6 por ciento en 1988, año en el que el AX fue elegido Coche del Año en España.
Y esa herencia del AX sigue presente en el carácter extrovertido y original que siempre ha caracteriza a los modelos de la marca francesa.