La imparable fiebre SUV ya se ha convertido en una especie de avalancha que 'arrasa' prácticamente en todos los segmentos. En Citroën lo saben, y por eso pone en juego el C3 Aircross, modelo que se fabrica en Zaragoza y que presume de un diseño exterior más original y de un interior más habitable y modulable que cualquiera de sus rivales.
Mide 4,15 metros de longitud y no tendremos problemas para identificarnos con nuestro vehículo y desmarcarnos del resto, ya que ofrece hasta 85 combinaciones diferentes de personalización.
El habitáculo sorprende por su generoso espacio y por el confort que brindan unos asientos anchos y mullidos. A su estudiada ergonomía añade una modularidad excelente, que contempla una banqueta trasera deslizable longitudinalmente hasta 15 centímetros, aspecto que permite jugar con el espacio para las piernas y con la capacidad del maletero, otro de sus puntos fuertes. El volumen mínino es de 410 litros, ampliable hasta los 520 en función de la posición del asiento, y llegando a los 1.289 litros en caso de necesidad, una vez abatido el respaldo trasero.
Tampoco faltan numerosos huecos repartidos por el interior que nos facilitan las cosas, sobre todo cuando se viaja con niños, y podemos disfrutar de un generoso techo panorámico practicable que inunda de luz las cinco cómodas plazas del SUV de Citroën.
Bajo el capó, el C3 Aircross dispone de una amplia oferta mecánica, con tres motores de gasolina y dos diésel, presumiendo de turbo los cuatro más enérgicos. Los primeros comparten el bloque tricilíndrico 1.2 PureTech, con 82, 110 y 130 caballos de potencia; y las variantes diésel recurren al 1.6 BlueHDi de cuatro cilindros, con 100 y 120 CV. Las versiones más potentes se asocian a un cambio manual de seis relaciones -cinco en el resto-, y el PureTech 110 también contempla la transmisión automática EAT6, de seis marchas. El consumo medio mínimo es de 4,0 l/100 km, y de 5,0 para los PureTech.
Disponible en niveles Live, Feel y Shine, los precios arrancan ahora en 13.750 euros.
La caja mágica
La tecnología es vital en aspectos como la seguridad. El nuevo Citroën C3 Aircross hace gala de generosos elementos en este sentido, con hasta 12 avanzadas ayudas a las conducción y cuatro más enfocadas a la conectividad; todo destinado a hacernos la vida mucho más fácil.
Hace años, muchas de las tecnologías que reflejamos en estas páginas parecían reservadas a vehículos carísimos y eran impensables en el segmento utilitario. Pero, afortunadamente, las cosas han cambiado, y el Citroën C3 Aircross hace gala de una auténtica avalancha tecnológica que nos hace la vida, además de más fácil, más segura.
De esta forma podemos disfrutar con total naturalidad de un acceso y arranque manos libres, que evita tener que sacar la llave de la mochila o el bolsillo, o un sistema de aparcamiento Park Assist que reconoce una plaza libre, tanto en línea como en batería, y se hace cargo de la dirección para que la maniobra sea precisa; de forma que el conductor sólo tendrá que manejar los pedales y el cambio.
También evitaremos multas y riesgos gracias a un asistente que reconoce las señales de tráfico, y que incluso adapta la velocidad al límite establecido; y gracias al Head-up Display observaremos gran parte de la información sin tener que apartar la vista de la calzada ni un segundo.
La seguridad aumenta con la frenada de emergencia autónoma -reconoce vehículos o personas-, un control de ángulos muertos o un aviso de cambio de carril. Y hasta nos recomendará realizar una parada de descanso si percibe que nuestra conducción no es precisa.
Y en un SUV de perfil joven y dinámico, la conectividad es vital. En este sentido, podemos recurrir a la función Mirror Screen -replica las apps del smartphone en el vehículo-, a una llamada de emergencia, a la navegación 3D con control por voz, a la recarga inalámbrica del móvil…
Aventuras en todos los frentes
El nuevo Citroën C3 Aircross no sólo se desenvuelve bien dentro de la ciudad o viajando por carretera. Gracias a la electrónica inteligente del sistema Grip Control se convierte en todo un aventurero con el que afrontar situaciones complicadas de baja adherencia. Un control de descensos y una generosa altura al suelo también ayudan a potenciar esa atractiva vertiente off road.
Los SUV son vehículos con una poderosa imagen, que basan precisamente en su diseño buena parte del éxito en la compra. Y a pesar de su aspecto, muchos de ellos tienen muy limitada su personalidad más aventurera. La solución pasa por la tracción total, pero el mérito está en salir airoso de muchos retos off road utilizando de manera inteligente la electrónica, sin elementos mecánicos que en condiciones normales -las más habituales en la utilización de un vehículo- incrementen el peso y el consumo.
El Citroën C3 Aircross se apunta a esto último gracias al asistente Grip Control, un sistema que actúa sobre las ruedas delanteras independientemente de la superficie o escenario que afrontemos. Se gestiona mediante un mando giratorio ubicado en el salpicadero, y nos permite elegir entre cinco modos de conducción, dependiendo del escenario a recorrer.
Este sistema de optimizacion de la motricidad se asocia a unos neumáticos específicos M+S (Mud & Snow), montados sobre unas llantas de aleación de 17 pulgadas, y forman parte, junto al control de descensos Hill Assist Descent, del Pack Shine, que cuesta 1.000 euros en la carta de opciones y sólo está disponible con el acabado superior de la gama.
Enfocado a realizar pequeñas aventuras fuera del asfalto, y mucho más eficaz de lo que a simple vista pueda parecer, el Grip Control nos ofrece la posibilidad de circular sobre nieve o abandonar la calzada para afrontar situaciones difíciles de baja adherencia.
El modo Estándar es el que se ofrece por defecto al arrancar el vehículo. En este caso, la motricidad actúa de manera inteligente y eficiente, siendo el indicado para las condiciones normales del día a día.
A partir de ahí, y según sea el grado de complejidad o necesidad, el conductor puede elegir entre los modos Nieve, Arena y Todocamino; o, directamente, desconectar el control de estabilidad ESP.
Si aparece la nieve, activamos de inmediato ese programa en el mando giratorio y automáticamente el control de tracción adapta la motricidad de las dos ruedas delanteras a esa superficie. Cuando se superan los 50 km/h regresa de nuevo al modo Estándar.
Si aparece el barro o circulamos por caminos donde hay hierba húmeda, el modo Todocamino es el adecuado, ya que el sistema envía más par a la rueda que mejor adherencia tenga en cada instante. Es muy similar en su funcionamiento a como lo haría un diferencial de deslizamiento limitado, y se mantiene activo hasta los 80 km/h.
Los tramos de arena son uno de los escenarios más complicados que podemos encontrar. Si esto sucede, este modo de conducción mantiene el deslizamiento de las dos ruedas motrices simultáneamente para permitir la progresión sin quedar atrapados. Funciona hasta 50 km/h.
Con independencia del Grip Control, también resulta eficaz el control de descensos, que permite afrontar fuertes pendientes a baja velocidad -incluso a 3 km/h-, pues actúa automáticamente sobre los frenos. Esto ayuda al conductor a centrarse en el control de la dirección para mantener la trayectoria.
Además de la electrónica, para moverse con solvencia por pistas de tierra el C3 Aircross presenta una generosa altura al suelo de 17,3 centímetros, y recurre, asimismo, a una protecciones específicas en el frontal y en la zaga para evitar contratiempos con ramas o piedras que pudieran dañar el vehículo.